DOLOR DE BOLSILLO
Actualizado: GuardarInformación pura, dura y cruel: la deuda del Xerez ha subido 1,7 millones de euros. Así lo afirma el auditor de cuentas encargado de tal trabajo, Francisco Cintado. La deuda está ahora por encima de los 28 millones de euros. Pregunta de trazo gordo y con respeto: ¿Qué han hecho los administradores concursales en el club en el último año?¿No era su función evitar el aumento de la deuda o incluso, siendo utópicos, que se redujera algo? Afirman los denominados concursales (Del Puerto y Rodríguez) que la evolución será positiva a nivel de cuentas en la presente temporada. Lo veremos dentro de 12 meses. Sería conveniente ahora que den una pulida explicación a una afición que no sabe a qué dueño pedirle responsabilidades ¿J.Morales?¿Souza?¿Aún Oliver? Información económica y deportiva: el Xerez es el sexto presupuesto de la categoría y hoy flirtea con el descenso a Segunda B. Es fácil decir que no se han hecho fichajes eficientes y que se dejó salir a activos con gol que hoy podrían hacer del Xerez un equipo sin riesgo numérico de descenso. Si comparamos con el año pasado, va ganando Javi López, para desgracia de muchos. En junio se podrán señalar responsables en esta parcela. En el banquillo, Vicente Moreno cuenta con cierto respiro por su encomiable trayectoria como jugador, pero al equipo le sobre coraje y le falta, aún, convicción y gol. El fútbol no tiene memoria, y Moreno lo sabe. El compromiso no solo está en el sueldo de cada futbolista sino en su obligación como profesionales. ¿A qué jugador le duele más el Xerez en el corazón, no en el bolsillo, que al propio entrenador? La patología deportiva es clara: ansiedad y mal de altura. «Moreno quita a cualquiera y ponte tú!», le dijo un socio hace poco no sin razón. Gran parte de la masa se muestra herida en el orgullo y hay apatía en el entorno azulino. Mal síntoma cuando de estos fuegos se salió antaño gracias al espíritu de Chapín, al grito unánime y de coraje de una afición, que hoy está anestesiada y desengañada por las gambas caras que se han comido más de cuatro cuatreros.