El Príncipe Felipe, ayer, a su llegada al aeropuerto de Managua, acompañado por el canciller nicaragüense, Samuel Santos. :: J. ARGUEDAS / EFE
MUNDO

Ortega asume su tercer mandato ajeno a las críticas

El presidente de Nicaragua repite en el cargo por tercera vez y la oposición discute la constitucionalidad de esta medida

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Daniel Ortega asumió ayer su tercer mandato, el segundo consecutivo, ajeno a la polémica desatada sobre la inconstitucionalidad de esta decisión. Sin separarse de su compañera, primera dama y portavoz, Rosario Murillo, el líder sandinista juró gobernar Nicaragua los próximos cinco años ante una treintena de delegaciones de todo el mundo, entre los que se encontraban el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad y el Príncipe de Asturias.

Ortega emuló a Anastasio Somoza, quien durante años fue su enemigo, al asumir el poder sin el preceptivo intervalo. Lo consiguió gracias a que los magistrados afines al presidente cambiaron la ley y esto le permitió competir en la reelección, donde el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ganó con el 62,46 % de los sufragios.

El empresario y periodista Fabio Gadea, de la alianza PLI-UNE (Partido Liberal Independiente-Unidad Nicaragüense por la Esperanza), tan solo consiguió el 31,13 % de los votos. Ayer, sus diputados no participaron en el acto para protestar por el mandato, calificado por los expertos en derecho constitucional como «ilegal e ilegítimo». Gadea invitó a sus seguidores a protestar en las calles, pero con civismo. «No queremos luchas armadas que vengan a poner otro dictador. Este Gobierno es producto de una lucha armada. Nosotros repudiamos las armas y queremos luchas pacíficas en las calles», afirmó.

Sin embargo, las denuncias de inconstitucionalidad formuladas por la oposición y los disidentes sandinistas quedaron atrás. También las quejas de observadores internacionales sobre las dificultades para supervisar las elecciones. Ortega contará en los próximos cinco años con una amplia mayoría parlamentaria.

Sus votantes fueron en su mayoría pobres beneficiarios de los programas sociales y subsidios, como el Plan Hambre Cero -impulsado desde la presidencia- desarrollado en zonas rurales y dirigido a los sectores más necesitados de la población. Unos electores que prefieren quedarse con las cifras de las que presume el gobierno 'orteguista': récord de exportaciones en 2011 con 1.843 millones de euros (un 23% más que en 2010), más de 785 millones de euros de inversión extranjera, una la tasa de crecimiento de 4,5% y una inflación del 8 %.

Presentes y ausentes

La pregunta del millón es cómo Ortega ha logrado combinar «una revolución cristiana, socialista y solidaria», que era el lema que adornaba ayer las principales calles de Managua. Ahora, algunos analistas no saben si catalogarlo de izquierda, de centro o conservador. EE UU -con quien lo mismo se pelea que se ama- tuvo una discreta presencia en la toma de posesión de ayer.

Al acto también asistieron Javier Sandomingo, delegado de la Unión Europea para la región; Mauricio Funes, el máximo mandatario de El Salvador, y el recién elegido presidente de Guatemala, Otto Pérez. Tampoco faltaron a la toma de posesión de Ortega sus homólogos Porfirio Lobo (Honduras), Ricardo Martinelli (Panamá), Michel Martelly (Haití) y su colega Hugo Chávez (Venezuela). La ausencia más destacada fue la de la mandataria de Costa Rica, Laura Chinchilla, porque ambas naciones mantienen un contencioso fronterizo.