Un proceso en el que la ciudad de Jerez fue pionera
Actualizado: GuardarLas peculiaridades urbanísticas del municipio de Jerez encontraron por fin asiento en el último PGOU al que dio su visto bueno la Junta de Andalucía. No en vano, como explicó ya en su momento el anterior delegado de Urbanismo, el socialista Juan Pedro Crisol, gracias a que la administración local y la regional trabajaron codo con codo se introdujo de una vez la figuda del hábitat rural diseminado que, ahora en el nuevo decreto aprobado por el Consejo de Gobierno, se extrapola al resto de la comunidad andaluza. Esta propuesta de regularizar el hábitat rural diseminado (el que no está en núcleo consolidado), es la que en la práctica permitirá regularizar la inmensa «mayoría» de viviendas de las cañadas. Además, al aplicar el término de hábitat rural diseminado, los costes de urbanización serán inferiores para los vecinos, que son los que tienen que pagarlos según la norma aprobada ayer. Es por eso que la Junta en su momento se tomó su tiempo para dar el visto bueno a una actuación en la que los técnicos municipales trabajaron mucho para documentar y dar cobertura jurídica. Y es que en este aspecto, la ciudad fue pionera y abrió el camino al decreto que por fin se ha aprobado hoy y que creará jurisprudencia.