Gallardón saluda a representantes políticos vascos, ayer, en Vitoria. :: IOSU ONANDIA
ESPAÑA

Gallardón rechaza una amnistía y exige el perdón de los presos

El lehendakari tratará de convencer a Rajoy para que inicie «ya» el acercamiento de estos reclusos al País Vasco

MADRID. Actualizado: Guardar
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Alberto Ruiz-Gallardón aprovechó ayer su presencia en Vitoria para dejar claro que el Gobierno no prevé introducir cambio alguno en la política de «firmeza» que desde hace años se aplica a los presos de ETA pese a que la banda anunciase en octubre el cese definitivo del terrorismo.

El ministro del Justicia, que acudió a la toma de posesión del nuevo delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, utilizó su discurso para contestar a las presiones de la izquierda abertzale, que el sábado reunió a miles de personas en Bilbao para exigir el fin de las políticas de excepción con los reclusos de la banda, y a las demandas del PSE y el PNV, que reclaman el inicio del acercamiento de presos al País Vasco y la flexibilización de la política penitenciaria para consolidar el proceso de paz.

Gallardón, que recordó que la Constitución excluye cualquier tipo de amnistía y que no quiso decir una sola palabra sobre acercamientos, aseguró que su Gobierno se atendrá literalmente a lo que dispone la ley, por lo que no habrá medidas generales para los reclusos etarras, cuyas peticiones de reinserción se estudiarán caso por caso, como hasta ahora.

De igual manera, condicionó cualquier cambio o mejora en su situación penitenciaria a su previo arrepentimiento -petición expresa de perdón a las víctimas- y al compromiso de resarcir el daño mediante el pago de las indemnizaciones.

Avisos y ritmos

El titular de Justicia envió otros cuatro avisos que, de igual forma, apuntan a que el Ejecutivo de Mariano Rajoy no va a mover por el momento ni una coma en la política antiterrorista. Dijo que lo único que sí demandan los españoles es que al cese de la violencia «gratuita, cruel y unilateral» le siga la disolución de la banda y la entrega de las armas, que mientras esto no ocurra las fuerzas de seguridad «no van a bajar la guardia», que Interior vigila los movimientos de las siglas legales de la izquierda abertzale y que su departamento no va a permitir ninguna medida que «equipare a víctimas con verdugos».

El lehendakari Patxi López, pese a que está de acuerdo con Gallardón en que los reclusos etarras deben pedir perdón a sus víctimas y acogerse a la reinserción de forma individual, sí que considera que, «con voluntad política», se puede abordar un cambio de política penitenciaria que no vulnere la ley.

López, de hecho, aseguró ayer en Radio Euskadi que en la entrevista que va a mantener en febrero con Mariano Rajoy va a tratar de convencerle de ponga en marcha «ya» el proceso de acercamiento de presos etarras a cárceles próximas a Euskadi y que flexibilice la concesión de terceros grados y la excarcelación de reclusos con enfermedades graves o crónicas.

Pese a todo, coincide con el Ejecutivo del PP en que estos presos antes de que se tomen nuevas medidas deben sacudirse «el yugo de ETA» y entrar individualmente en la vía de la reinserción, porque «no vamos a convertir en héroes a quienes han sido asesinos».

Al final, más que una discrepancia de procedimientos, que parece que no la hay, es un problema de ritmos. Patxi López y el PNV quieren empezar ya a dar pasos para flexibilizar la política penitencia y el Gobierno se resiste a hacerlo mientras la banda no anuncie su disolución. Este será el centro de las conversaciones que las tres formaciones mantendrán en breve.