Voyeur. Importa el momento, no la técnica. :: D. V.
Sociedad

Arte a través de las redes sociales

Dalila Virgolini expone en la Kursala una selección de las fotografías que nutren su perfil de Facebook

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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¿Quién en esta sociedad tecnológica, mediática y globalizada no dispone de una cuenta en una red social? Y, ¿cuántos de ellos 'luchan' por exponer o sobre exponer sus rutinas en Internet? En un mundo (al menos una parte de él) 'colgado' en la tela de araña de Facebook, Twitter o Tuenti, la imagen personal se define en un medida determinante según nos ven los demás. A tenor de lo que proyectamos. Como la fotógrafa argentina Dalila Virgolini (Mar del Plata, 1984) protagoniza esa generación que vive enganchada a la Red, y como su proyecto creativo tiene mucho que ver con la exploración de su yo, no ha encontrado un mejor vehículo para presentar su trabajo que a través de Facebook. La joven fotógrafa, residente en Madrid, expone a partir de este viernes en la sala Kursala de la Universidad de Cádiz algunas de las imágenes de su perfil en la red social, de las que -como ella misma aprecia- importa menos la precisión técnica que el momento que sugiere la captación de las mismas.

Instantes ordinarios o extraordinarios de su vida, desde hábitos que se realizan en un cuarto de baño hasta un viaje familiar o la emisión en directo de su propia boda. «Me gusta jugar con el desafío de hasta dónde se puede multiplicar la imagen propia y en Internet ese juego es más amplio. Es un juego de verdad y mentira, hasta que te das cuenta de que la realidad de un personaje es infinita», explica Virgolini, que para esta exposición en Cádiz ha preparado además un catálogo que resume su producción. «Es muy importante para mí porque lo entiendo como una especie de agenda», continúa.

Dalila Virgolini se considera una persona introvertida, «de no hablar mucho», poco simpática o dicharachera. Sin embargo, no siente nada de pudor en mostrarse en situaciones tan cotidianas. «La modelo que siempre está en casa para poder hacer las fotografías soy yo misma», aduce, y esa comodidad le sirve además para explotar su vena voyeurista y ayudar en su particular búsqueda. «Observo una gran diferencia entre lo que soy y mi imagen. Determina muy bien lo que es el cuerpo y lo que es el alma. Al verme por ejemplo en los vídeos no creo que sea yo misma», relata la artista, que trae a la sala Kursala un conjunto de siete fotografías y un marco digital de vídeo en el que se suceden sus creaciones.

Canal de televisión

De hecho, la argentina creó hace meses su propio canal de televisión por Internet (el on line de su boda fue el primer contenido) y su perfeccionamiento y desarrollo figura como su proyecto más inmediato. En él se incluirán debates filosóficos, recetas de cocinas, trabajo de manualidades, entrevistas, reportajes y alguna que otra escena erótica.

La fotógrafa, que estudió Arte en Argentina, realizó prácticas en la ciudad italiana de Verona y cursó un máster en la Galería Cero de Madrid, se reconoce obsesa de registrar sus actividades y relaciones. Entre sus otros modelos figuran su pareja y su familia. Además, insiste, disfruta viendo también lo que los demás cuelgan en Facebook. ¿Qué haría sin él? «No me lo imagino, es un vehículo más. Lo íntimo es a la vez tan público... Todo esto de las redes sociales me parece muy interesante y actual, hay una gran necesidad de compartir». Apunta que cualquier momento es el ideal para ser fotografiado, «lo más ridículo, lo más simple, lo más absurdo, lo más espontáneo» tienen cabida en su producción. Aunque no descarta sus propios hitos vitales: un viaje a China o la muerte de un familiar.

La artista, que acaba de cumplir los 27 años, bebe de las creaciones de la fotógrafa Cindy Sherman, y se considera admiradora del trabajo de Andy Warhol, Sophie Calla y Sam Taylor Wood. Últimamente, la fotógrafa argentina dice pensar en explorar su faceta escultórica. A buen seguro, su modelo, su protagonista, su musa, será Dalila Virgolini.