![](/cadiz/prensa/noticias/201201/08/fotos/8463971.jpg)
«Matamoros es un tío muy tierno»
«No temo convertirme en 'friqui', el programa 'Sálvame' me ha salvado de ser una periodista aburrida» Chelo García Cortés Periodista
MADRID. Actualizado: GuardarQuién la ha visto y quién la ve, dirán algunos. Pero Chelo García Cortés, una recia gallega de Orense, de la cosecha del 51, en el fondo sigue siendo la misma: batalladora y visceral, que si baja una escalera, la baja. Y si la sube, la sube.
- ¿Se sufre mucho en 'Sálvame'?
- Ahora me siento cómoda. Pero ha sido una prueba de fuego.
- ¿Por qué?
- Porque estaba acostumbrada a otra forma de trabajo. Lo peor fue cuando dudaron de mí profesionalmente.
- Desde fuera se diría que en ese plató tiran con bala.
- Aunque parezca lo contrario, hay cariño. Si Matamoros se mete con Lidia en el fondo es un juego. Yo al principio me lo tomé fatal, hasta que, después de muchas conversaciones con la dirección, aprendí a reírme de mí misma. Ahora hago cosas que nunca había hecho en un plató, como ir a caballito de Kiko Hernández o saltar en una cama elástica.
- ¿No estará rozando el ridículo?
- No, no. Es que este programa es un auténtico espectáculo.
- A ver si va a convertirse en 'friqui'...
- Para nada. Yo comenté antes de entrar en 'Sálvame' que ellos eran unos 'friquis' pero la verdad es que no. Kiko Hernández, por ejemplo, busca la noticia hasta debajo de las piedras.
- ¿Esa gran habilidad para investigar vidas ajenas no es digna de mejor causa? La corrupción política, por ejemplo.
- ¿Y usted cree que nos dejarían hablar de ello? Desde luego, si los que trabajamos en ese plató nos dedicaramos a investigar a los corruptos sacaríamos mucho más de lo que sale, porque nosotros bajamos a las alcantarillas. A mí esto me ha dado agilidad. En 'DEC' estaba a gusto pero me sentía encorsetada en mi silla. Ahora estoy perdiendo el miedo escénico.
- O sea, que 'Sálvame' la ha salvado.
- Sí, de ser una periodista aburrida. Y me ha rejuvenecido.
- Ya, pero ¿dónde sitúa el límite?
- A pesar de que por circunstancias que yo no he querido ha salido una parte de mi vida privada, ese es el límite. A partir de ahí ya no hay más vida privada de Chelo García Cortés.
- ¿No es ingenuo pensar eso trabajando en un programa donde lo que impera es el todo por la audiencia?
- No. Mi vida privada actual es mi límite y mis propios compañeros lo respetan. Cuando les 'conquistas', los Kikos tienen mucho más corazón de lo que la gente se piensa. Matamoros es un tío muy tierno.
- Aún así, no le han librado de algún mal rato.
- Lo peor fue cuando decidí sentarme en un polígrafo para demostrar que yo nunca he sido un 'topo' que pasaba información de una cadena a otra.
- ¿Nadie está a salvo en 'Sálvame'?
- Nadie. Pero yo me he ido ganando mi sitio. Y sin traicionarme a mí misma, porque antes de eso me retiro. Pero somos conocidos. Y la popularidad tiene también sus espinas.
- ¿No habría que poner coto a las acusaciones anónimas?
- A mí me producen más escalofríos las redes sociales porque ahí no hay control. Yo no tengo Twitter, pero hay tres o cuatro que utilizan mi nombre. Un día dices un taco en el plató fuera de cámara y alguien entre el público lo oye y minutos después lo ves en Twitter cien veces exagerado.
- ¿Le traicionó su amiga Bárbara Rey?
- No. Yo metí la pata aceptando que el polígrafo me preguntara si había tenido algo con ella. Confiaba en mí misma.
- ¿Pensaba engañar al detector de mentiras?
- Lo intenté pero no pude. Yo acepté ponerme ante esa máquina sin cobrar, porque yo por defender mi honor no cobro. Cuando vi que luego Bárbara se lanzaba a contar la historia pensé: ¡Tierra, trágame! Pero lo contó bonito.
- Creo que no le gusta que le llamen lesbiana.
- No creo en las etiquetas. De ser algo soy bisexual.
- Suele hacerse amiga de los famosos. ¿Es mitómana?
- Solo lo soy de dos personas: Pepa Flores y Anthony Quinn.
- Y, por supuesto, vale usted más por lo que calla...
- Así es. Llevo en esto desde el 75 y jamás revelaría lo que me han confiado. No hay dinero para comprarme, porque yo creo en el 'off the record'. Y eso que me han ofrecido cantidades...