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El inesperado presidente rockero
Amado Boudou asume el reto de sustituir a Cristina al frente de Argentina
BUENOS AIRES. Actualizado: GuardarDesconocido hace apenas cinco años, el vicepresidente argentino, Amado Boudou, que desde el día 4 ejerce funciones de presidente por la baja médica de Cristina Fernández, tuvo un ascenso vertiginoso en el selecto entorno político de la mandataria. Economista de formación neoliberal, Boudou, de 49 años, comenzó a destacar como funcionario de la Anses, el organismo que administra las pensiones y otorga los subsidios sociales. La primera iniciativa que llamó la atención del Gobierno la trasladó en 2008 al entonces presidente y esposo de Cristina Fernández, el fallecido Néstor Kirchner. Boudou propuso que las parejas homosexuales tuvieran acceso a una pensión de viudedad, y la idea se convirtió en ley. También intervino en la decisión de crear un sistema que permita a las personas que trabajaron en la economía sumergida o como amas de casa acceder a una jubilación, aunque no hayan cotizado antes, mediante un sistema de aplazamiento que se va cancelando en cuotas. La idea, muy popular en el país, permitió el acceso a una pensión a más de 1,5 millones de personas.
Pero fue su siguiente propuesta la que le transformó en un dirigente conocido para la opinión pública. En plena crisis de las hipotecas en Estados Unidos, llevó a oídos de la presidenta la propuesta de nacionalizar el sistema de jubilaciones, que había sido privatizado en los años 90. La eliminación de las Administraciones de Fondos de Jubilaciones y Pensiones se vio al principio cuestionada por los mercados -pues implicó la transferencia de millonarios fondos del sector privado a la Anses- pero cosechó otra ola de apoyo popular.
Finalmente, y siempre desde la Anses, participó en el diseño de la Asignación Universal por Hijo, el millonario plan de transferencia de ingresos del Estado a menores de 18 años hijos de padres desempleados o con escasos ingresos. Esa medida, que estuvo detrás del rotundo triunfo electoral de la presidenta el pasado octubre, no habría sido posible sin la nacionalización de las pensiones.
Boudou fue ascendido entonces a ministro de Economía. Y en el ejercicio de sus funciones, Fernández, ya viuda, le premió al elegirlo como compañero de candidatura para las elecciones presidenciales, que ganó con el 54% de los votos. Durante la campaña, Boudou mostró otras facetas de su personalidad. Es amante del rock, de las guitarras y las motos, y tiene una novia bastante más joven que él con la que convive.
Nuevo aliado
Con Boudou, la presidenta espera mejorar la experiencia que tuvo en su primera Administración con el vicepresidente Julio Cobos, un aliado extrapartidario elegido por Kirchner. Cobos fue tachado de traidor cuando votó contra un proyecto gubernamental en un momento crucial de la gestión de Fernández en el que el Gobierno recibía los embates de empresarios rurales enardecidos por el aumento de los impuestos.
El entonces vicepresidente permaneció en su puesto hasta el final del mandato, aunque ya no se hablara con la presidenta. Ahora, con Boudou, Fernández tiene asegurada la lealtad en una etapa en la que ya no tiene a su esposo para cuidar del Ejecutivo en su ausencia. La gestión de Boudou como presidente interino se prolongará hasta el día 24 para dar tiempo a la mandataria a recuperarse de su intervención. Sin embargo, el nuevo diagnóstico, que descartó la presencia de un cáncer, podría alterar el periodo de baja. Pero, por lo que se ha podido ver hasta ahora, su tarea tendrá un perfil extremadamente bajo.