Una seguidora sostiene un retrato de Cristina Fernández frente al hospital en el que fue operada ayer la presidenta argentina. :: N. PISARENKO / AP
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Cristina gana una nueva batalla

La presidenta argentina es operada con éxito de su cáncer de tiroides y se recupera de forma favorable tras tres horas y media de intervención

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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«Sin ningún inconveniente ni complicaciones» finalizó ayer la intervención quirúrgica a la que fue sometida la presidenta de Argentina, Cristina Fernández. Durante la operación, que se prolongó por tres horas y media, el cirujano le extrajo por completo la glándula tiroidea, afectada por un tumor maligno.

La información consta en el primer parte médico firmado por el cirujano doctor Pedro Saco y el director del Hospital Austral donde se llevó a cabo la práctica, el doctor Eduardo Schnitzler. Los profesionales le practicaron una tiroidectomía total, a fin de evitar futuros riesgos. El informe, leído por el portavoz presidencial Alfredo Scoccimarro cuando habían pasado más de cinco horas del inicio de la intervención, indicó que la gobernante, de 58 años, experimentaba «una buena recuperación posoperatoria», que se encontraba ya despierta y que permanecerá por 72 horas en el área de internación general para recibir los habituales cuidados.

El procedimiento para extraerle el tumor a la presidenta había generado gran expectación en el ámbito nacional. Pero la tensión fue incrementándose a medida que pasaba el tiempo preestablecido para la operación y no circulaba ninguna información sobre el resultado. Fernández ingresó en el centro a las siete de la mañana -hora argentina- con el objetivo de entrar en quirófano a las ocho. Pero el procedimiento se demoró y, al finalizar la intervención, hubo que esperar a que la mandataria estuviera lúcida para redactar el parte médico.

Fernández llegó al hospital en helicóptero, acompañada por sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner, y su madre, Ofelia Wilheim. A su llegada, la jefa de Estado fue recibida con un cálido aplauso por parte de los enfermeros, médicos y personal de mantenimiento del centro sanitario que se acercaron a darle la bienvenida. En el exterior se desplegó un amplio operativo de vigilancia, mientras cientos de simpatizantes se instalaron en los alrededores del edificio con tiendas de campaña, banderas y mensajes de apoyo. Al conocer el resultado de la operación, los acampados estallaron en gritos y aplausos de alivio.

El médico que operó a la presidenta es el jefe de cirugía de cabeza y cuello del privado Hospital Austral, situado en la localidad bonaerense de Pilar. Y tiene el mismo cargo en el estatal Instituto Roffo, especializado en enfermedades oncológicas. Pero el entorno de la mandataria consideró inconveniente que fuera operada en un centro estatal porque hay demoras de hasta 60 días. Por ese motivo, el Hospital Austral preparó una habitación para ella, la 217, y reservó las contiguas para los familiares, que permanecerán alojados allí durante la internación. Para mayor precaución, el director médico del hospital pernoctará allí hasta que le den el alta.