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Los afectados creen que son buenas noticias, pero se movilizarán

BARBATE. Actualizado: Guardar
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Los pescadores de Barbate están satisfechos, pero no lanzan ni mucho menos las campana al vuelo. A pie de puerto y mientras aguardan que «alguien convenza a la Unión Europea de que el acuerdo con Marruecos es bueno para todas las partes», aseguran que lo único que les queda es confiar en la palabra de «nuestro paisano». Arias Cañete les dio ayer motivos para creer, pero no se fían. El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Barbate, Domingo Pacheco, y su presidente, Ambrosio Varo, era las voces más autorizadas ayer para recoger el sentimiento de unos profesionales que siguen parados.

De forma similar valoraban el anuncio del Gobierno central tras la reunión con la Consejera de Pesca andaluza estos representes de la Cofradía de Pescadores de Barbate. Varo explicaba que la manifestación en defensa de sus puestos de trabajo que está convocada para el próximo lunes en las calles del pueblo «sigue adelante».

Y es que en Barbate más de medio millar de familias viven de forma directa de la pesca. La ruptura del acuerdo con Marruecos supuso un «auténtico terremoto», empeorando aún más si cabe la delicada situación económica que atraviesa la localidad, donde los casi 300 empleados del Ayuntamiento no cobran y el paro se incrementó en más de 450 personas en diciembre.

Desde la Cofradía barbateña se explicaba también ayer a LA VOZ que en los próximos días tienen la intención de solicitar formalmente una reunión con el Ministro del ramo para mostrarle su preocupación «en persona».

Esta flota defiende una modificación del reparto de las cuotas de pesca, con el objetivo de hacer «más justa» la actividad. Así, los pescadores proponen que el Ministerio establezca topes de capturas por tripulante (marinero) de cada embarcación, de tal manera que el cupo final para un barco artesanal de 15 pescadores sea mayor que el de un barco industrial con apenas 2 ó 3 tripulantes.

Ello acabaría con situaciones como las que se dan en el sector del atún rojo, donde una almadraba de 100 marineros dispone de menos cuota de pesca anual que un cerquero industrial del Mediterráneo que apenas emplea a media docena de trabajadores.

Mientras llegan buenas noticias, los marineros siguen yendo al puerto. Pescar es su profesión y para muchos, «lo único que sabemos hacer en la vida».