Nochevieja de botellones y molestias vecinales, pero sin incidentes graves
Las denuncias por ruidos se sucedieron en un Fin de Año sin actuaciones policiales destacadas
Jerez Actualizado: GuardarEl alcohol corrió a raudales; los decibelios se dispararon y la basura tomó las calles más céntricas de Jerez, pero afortunadamente la sangre no llegó al río y las aglomeraciones de jóvenes fiesteros no acabaron en incidentes graves durante la Nochevieja, como ya ocurriera en otros años. Desde que tocaron las doce campanadas, un amplio dispositivo de Policía Nacional y Local se desplegó por las zonas potencialmente más conflictivas que al momento comenzaron a llenarse de personas deseosas de dar la bienvenida al nuevo año.
En lo que se refiere a locales, bares de copas ya consagrados en estas lides como Kapote o Lacre presentaron un lleno absoluto, junto con cotillones como el de la calle Méndez Núñez o el de Planta Baja, en los Altos Ibéricos. Hasta ellos se desplazaron los agentes, que según las fuentes consultadas por este medio no tuvieron que realizar ninguna actuación de importancia. Pero sin lugar a dudas lo que más quebraderos de cabeza les produjeron fueron las concentraciones de jóvenes en plena calle y especialmente los botellones.
Ya sea porque durante estas fechas se hace la vista gorda, o bien porque en esa noche señalada se carecía de suficientes efectivos para disolver esta práctica ilegal, lo cierto es que el beber en la calle se convirtió en una constante y lo que sí recibieron los funcionarios fueron numerosas quejas de vecinos por ruidos, actos vandálicos a pequeña escala e incluso trapicheo en plena vía pública.
Zonas problemáticas
Uno de los puntos más candentes en este sentido fue la plaza Silos, donde según las mismas fuentes estaba prevista la celebración de una fiesta pastillera y el despliegue de las Fuerzas de Seguridad fue curioso, incluyendo una dotación de las UPR (Unidades de Prevención y Reacción). A pesar de ello, las intervenciones no fueron destacadas en una Nochevieja calificada de «tranquila» por los profesionales consultados. Las fiestas privadas también fueron pasto de quejas vecinales, especialmente por las molestias derivadas de karaokes y ruidos generalizados, algo por lo que la Policía sí tuvo que levantar numerosas actas, aunque todo ello dentro de un discurrir normal de la última noche del año. Otras zonas de botellones fueron la plaza de Toros, el Cuco, el Parque Empresarial Autopista y como no podía ser de otra manera la plaza del Arenal, punto neurálgico de reunión de muchos jerezanos que como de costumbre presentó un lleno hasta la bandera.
En todos estos espacios, se sucedieron las quejas al día siguiente de la cantidad de basura acumulada en las calles, protagonizada en su mayoría por cristales, colillas y los restos propios del botellón. Las únicas intervenciones que se salieron algo de la rutina de esa noche tan esperada fueron el arresto de un hombre en busca y captura por violencia de género y la denuncia de una joven que había sido asaltada. El primero de los casos se produjo en Pago San José, a donde la Policía Local acudió alertada de una pelea en el ámbito familiar.
Cuando los agentes llegaron se encontraron con que un varón había agredido presuntamente a su hermano y su sobrino, y al identificarlo resultó que sobre él pesaba un requerimiento judicial. En cuanto a la denuncia mencionada, una joven se presentó en Comisaría para informar de que un hombre de nacionalidad extranjera había intentado robarle esgrimiendo un cuchillo de grandes dimensiones. Como informaron fuentes de la Policía Nacional, se trata de un individuo que suele operar por la zona centro y al que los funcionarios siguen la pista tras haber realizado varios golpes. Por el momento, no han podido dar con él.
Tranquilidad en Bomberos
En lo que respecta a Bomberos, la pasada noche de Fin de Año destacó por la práctica ausencia de actuaciones, a diferencia de la de 2010 en la que ocurrieron un sinfín de actos vandálicos contra vehículos y mobiliario urbano. En esta ocasión, los efectivos del parque jerezano intervinieron solo en el incendio de un cuadro eléctrico sin mayores consecuencias por la tarde y varios fuegos de pastos durante la noche.
También a diferencia de otros años, las reyertas brillaron por su ausencia y la Policía medio solo en «broncas puntuales», propias de ciertas juergas. Los perjudicados, por tanto, fueron los ciudadanos que tuvieron que soportar cerca de sus viviendas las consecuencias de la forma de divertirse de muchos de los que salieron esa noche.