«Hay muchos grupos de presión, pero quieren resolver ya el tema con la OCM»
JEREZ. Actualizado: GuardarLa discriminación fiscal que lleva años soportando el brandy en Filipinas no es solamente un problemas para este espirituoso envejecido en el Marco de Jerez. De hecho, como recordaba en su visita a la ciudad el embajador Jorge Domecq, «todas las bebidas destiladas en general se han topado con este muro, y es tanto una causa de la UE como de EE UU contra Filipinas».
Por eso, el diplomático nacido en Jerez se mostraba tan convencido de que «esta discriminación va a ser eliminada». «El propio gobierno quiere resolver ya esta cuestión pese a que hay lobbies (grupos de presión) muy importantes en el legislativo», apuntaba antes de añadir que «éste es un tema que suscito en todas las reuniones con las autoridades de Filipinas».
Hay que recordar que la OCM resolvió por fin este verano el conflicto abierto contra Filipinas por su política fiscal, y decidió que los impuestos que el sistema fiscal filipino aplica desde el año 2003 a las importaciones de esta bebida alcohólica son discriminatorios con respecto a la producción local. En el caso del brandy, está gravado con un impuesto que oscila entre el 1.000 y el 4.000%, lo que supone unas pérdidas anuales al sector de unos 35 millones de euros.
Filipinas aplica la tasa de tipo uniforme reducido a todos los aguardientes nacionales que se elaboran con una de las materias primas designadas, la caña de azúcar. Los licores importados, como el brandy o el whisky, son elaborados con materiales no designados, cereales, centeno o uvas, y están sujetos a tipos superiores.