ESPAÑA

La exministra Cristina Narbona aconseja a José Blanco que deje su cargo en el PSOE

MADRID. Actualizado: Guardar
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José Blanco defiende con ahínco su inocencia, pero eso no quita para que haya socialistas que crean que debería haber abandonado el cargo de vicesecretario general del PSOE para evitar perjudicar al partido y que incluso sería procedente que renunciara al acta de diputado. La exministra de Medio Ambiente Cristina Narbona fue la primera en lanzar ayer la piedra al asegurar que, de estar en su piel, ella habría dimitido.

En la dirección del partido aseguran que Blanco no se ha planteado en ningún momento dejar sus funciones, aunque después del congreso ya no ocupará ningún cargo orgánico. La Sala Penal del Supremo acordó el miércoles iniciar un proceso penal en su contra tras coincidir con la Fiscalía en que existen indicios de cohecho y tráfico de influencias que deberían ser investigados. Eso debería bastar, dijo Narbona en ABC Punto Radio, para decidir separarse de una función en la que «hay que estar libre de toda sospecha».

Oficialmente, sin embargo, la dirección del PSOE respalda a su número dos. La secretaria de Innovación y Tecnología en la ejecutiva y portavoz de la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba a la secretaría general, María González, se mostró convencida de que las acusaciones lanzadas por el empresario gallego Jorge Dorribo son «falsas».

Inflexible

Como argumento contrario a su dimisión, en Ferraz se alega que a Blanco se le ha privado hasta ahora de la posibilidad de defenderse en los tribunales y, de momento, ni siquiera ha sido llamado aún a declarar. Desde el PP advierten que no es excusa, sobre todo porque el exministro de Fomento se mostró siempre muy inflexible con los comportamientos supuestamente corruptos de sus rivales politicos, por ejemplo, en el 'caso Gürtel'.

También dentro del PSOE, Blanco actuó en no pocas ocasiones con mano de hierro cuando estaba al frente de la secretaría de Organización. Las normas internas de la formación establecen que corresponde a la ejecutiva federal valorar la gravedad de los hechos antes de expulsar o suspender temporalmente de militancia a un afiliado. Y, con el que fuera escudero de José Luis Rodríguez Zapatero al mando, en algunos casos, la simple detención llevó aparejada la suspensión temporal de militancia, incluso antes de que hubiera imputación.