
Griñán hace balance con una oferta de pacto estatal a Rajoy sobre empleo y ajuste fiscal
El presidente evita la autocrítica y subraya que 193.382 personas consolidaron su trabajo con alguna de sus 59 medidas contra la crisis
SEVILLA. Actualizado: GuardarLa tradición política manda que en los postreros días del año se haga balance. En el caso de Andalucía este recuento sirvió ayer al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y al máximo líder de la oposición, Javier Arenas, no solo para el ejercicio que acaba, sino también para la legislatura. A la vuelta de Reyes la comunidad política andaluza estará inmersa en los preparativos de las elecciones autonómicas, que serán en primavera pero para la que no hay fecha. El presidente de la Junta, el único con potestad para convocarlas, mantiene el secreto y solo da una pista: «La conocerán 56 días antes», dijo ayer en referencia al plazo legal establecido para la convocatoria.
Griñán hizo balance sin autocrítica. Eludió abordar el caso de los ERE y colocó el acento en las 59 medidas contra la crisis que ha puesto en marcha y que, según señaló, han dado empleo o consolidado el de 193.383 personas; 30.466 empresas han seguido invirtiendo con perspectivas de crecimiento y 2,2 millones de andaluces han mejorado su renta. Con todo, reconoció que la lacra del paro (más de un millón de personas en Andalucía, casi el 30% de su población activa) ha alcanzado «cifras inaceptables» en esta Comunidad.
Un día después de la toma de posesión de la nueva delegada del Gobierno de Rajoy en Andalucía, el mandatario andaluz reiteró su lealtad institucional al ejecutivo del PP. Griñán renovó su petición a Rajoy de una reunión urgente de la Conferencia de Presidentes autonómicos para escenificar la unidad institucional ante los mercados financieros. El anuncio lo hizo Griñán en la última sesión de control al Gobierno en el Parlamento, hace tres semanas. Ayer envió la carta a Rajoy con la petición, en la que propone que en la conferencia se aborden dos pactos nacionales, uno sobre los incentivos económicos para crear empleo y otro sobre la consolidación fiscal.
Griñán insistió en su convencimiento de que la consolidación fiscal será inútil si no se reactiva la economía. «Si no crecemos, no se podrá pagar la deuda ni reducir el déficit», manifestó. El presidente andaluz reclamó que los ajustes necesarios para cumplir con los compromisos europeos de estabilidad del déficit «se realicen de manera equitativa, sin que peligren los servicios públicos fundamentales». El Gobierno de Rajoy aprobará parte de esos ajustes este viernes, sobre los que Griñán eludió pronunciarse hasta no conocerlos.
Reclamaciones a Rajoy
Pese a la lealtad institucional, el presidente andaluz marca algunas diferencias con el PP. Por ejemplo, es partidario de un profundo análisis de la aplicación del actual modelo de financiación, «pero sin necesidad de empujar una reforma». Javier Arenas avanzó días pasados que una de sus primeras peticiones al equipo económico de Rajoy será la reforma del modelo de financiación autonómica.
Sin embargo, el presidente sí abogó por modificar el sistema de financiación de la ley de dependencia porque «no es justo», una reivindicación antigua que ya reclamó a la exministra Salgado sin éxito. Andalucía sale perdiendo en el reparto, ya que el dinero se da según el número de dependientes teóricos, no según los atendidos.
Griñán aclaró que mantendrá la misma actitud reivindicativa con Rajoy que la que tuvo con Zapatero, al que planteó dos demandas en los tribunales por temas de financiación autonómica. En este sentido, no desmintió a su portavoz en el Parlamento, Mario Jiménez, sobre la posibilidad de ir a los juzgados si Rajoy no reconoce los 1.500 millones de euros que dejó de invertir el Gobierno saliente en Andalucía para alcanzar el 17% estatal, según establece el Estatuto en base al peso poblacional. Griñán utilizó unas declaraciones de Antonio Sanz de septiembre acusando a la Junta de servil a Zapatero por no reclamar esa inversión. «Le cojo la palabra», dijo.
Griñán también criticó que el PP haya cambiado su discurso sobre la crisis y ahora el nuevo ministro de Economía anuncie que habrá otra recesión. Para el presidente eso confirma que el mensaje del PP durante la campaña diciendo que con el cambio se crearía empleo «no fue ni ético ni estético».