Sirios que viven en Jordania golpean una imagen del presidente Bashar al-Assad con sus zapatos durante una manifestación contra el régimen. :: KHALIL MAZRAAWI / AFP
MUNDO

El-Asad castiga el foco de la revolución

Los observadores de la Liga Árabe llegan a la ciudad de Homs tras una nueva jornada sangrienta, que dejó 20 muertos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La misión de observadores de la Liga Árabe recibe a cincuenta nuevos miembros y comienza el despliegue por diferentes puntos de Siria con el objetivo de cubrir las zonas más calientes. Mientras el jefe de la misión panárabe, el general sudanés Mustafá Dabi, realizaba un balance de las primeras jornadas en el país para pedir «tiempo» y destacar la «buena colaboración de las autoridades, sin restricciones de ningún tipo», en Homs la oposición denunciaba una nueva jornada de bombardeos de la artillería de El-Asad que dejó al menos veinte civiles muertos.

Apenas 160 kilómetros separan la capital de Homs, un lugar donde el régimen planificó la construcción del principal foco industrial del país, pero que desde marzo se ha convertido en la auténtica cuna de la sublevación. El que era denominado «sueño de Homs» se ha convertido en una pesadilla para las autoridades que no han dudado en sacar sus tanques para sofocar el levantamiento desde el primer día. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, catorce personas fallecieron durante los últimos bombardeos en el barrio de Bab Amro y otras seis por disparos de los seguidores del régimen en los distritos de Inshaat, Al Bayada y Bab al Sabea.

Ante la presión de la opinión pública internacional de una misión que de momento no ha logrado frenar la violencia en las calles de Siria, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi, quiso lanzar un mensaje de tranquilidad asegurando que con la progresiva llegada de observadores se «va a investigar la situación en Homs, Deraa (sur), Idleb (norte), Alepo (norte) y Hama (centro)», principales bastiones de la oposición al régimen y donde mayores denuncias llegan por parte de las organizaciones de derechos humanos.

Damasco se comprometió ante la Liga Árabe a retirar al Ejército de las calles, liberar a los presos políticos e iniciar un diálogo con la oposición y esto será precisamente lo que deberán valorar sus enviados. Al-Arabi adelantó además que el mes que viene la oposición política siria celebrará una conferencia en El Cairo, que recogerá el testigo de Túnez donde, en la última semana, se han producido las reuniones de más de doscientos integrantes del Consejo Nacional Sirio, principal órgano en el exilio.

Con el paso a la prensa internacional restringido y después de mantener el bloqueo para los enviados de Naciones Unidas, que finalmente tuvieron que realizar su trabajo desde países fronterizos entrevistando a gente que huía de Siria, la libertad de movimientos de los enviados árabes es todo una incógnita. Homs parece la primera parada obligatoria de la misión. Los observadores trabajarán a partir de ahora en grupos de diez y, aunque las autoridades sirias les facilitan el alojamiento y el transporte, anunciarán cada área específica de trabajo el mismo día «para intentar mantener cierto carácter de sorpresa», adelantó el general Dabi.

El régimen asume la seguridad de los enviados de la Liga Árabe y, como ya ha adelantado el ministro de Exteriores, Walid Moallem, espera que el resultado final de su observación respalde la tesis defendida por Damasco que apunta a grupos terroristas como culpables de la inestabilidad en el país desde el pasado marzo.

Autoría del atentado

Después de varios ultimátums, Siria aceptó finalmente el despliegue de la misión de la Liga Árabe cuya llegada a Damasco coincidió con un doble atentado suicida que costó la vida a 44 personas el viernes. Las dudas en torno a la autoría siguen siendo la nota dominante y régimen y oposición se acusan mutuamente de la masacre. Pese a que las autoridades acusaron desde el primer momento a Al Qaeda, los medios oficiales apuntaron posteriormente a los Hermanos Musulmanes citando como fuente una página web vinculada supuestamente al grupo islamista que es calificado por Bashar el-Asad como su «enemigo número uno».

Representantes del grupo en el exilio condenaron una acción con la que negaron cualquier vinculación e informaron de que la web a la que hacen alusión los medios sirios había sido creada unos días antes y que nada tiene que ver con ellos.