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El Gobierno anticipa que España entrará de nuevo en recesión en 2012
De Guindos prevé una caída del PIB de hasta tres décimas en el cuarto trimestre, y una cifra superior a cinco millones de parados
MADRID. Actualizado: GuardarMariano Rajoy prometió que diría la verdad, por cruda que fuera, sobre la realidad económica y sus ministros no se andan con paños calientes. En un gesto insólito, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha anticipado la entrada de la economía española en recesión el próximo año, y sugirió que se llegará a superar el listón de los cinco millones de desempleados. Lo dejó caer al informar, tras presidir la toma de posesión de los nuevos altos cargos de su departamento, del descenso que sufrirá el Producto Interior Bruto de España entre el 0,2% y el 0,3% en los meses finales de este año, al que seguirá un primer trimestre de 2012 igualmente negativo.
El nuevo responsable económico invitó a sus colaboradores a «disfrutar del momento» con familiares y amigos. La agenda de trabajo que les aguarda, auguró, «es complicada y va a exigir un esfuerzo continuo». Por este motivo les animó a considerar «la recaída de la economía y su perfil relativamente desacelerado», como un «acicate adicional» para la puesta en marcha de la agenda reformista.
Dos trimestres consecutivos de retroceso del PIB se consideran, técnicamente, una entrada en recesión. «Los próximos dos trimestres, que nadie se engañe, no van a ser sencillos, tanto desde el punto de vista del crecimiento como desde el punto de vista del empleo», precisó De Guindos. Sus palabras encienden otras alarmas, porque la frontera de los cinco millones de parados está muy próxima. Según la última Encuesta de Población Activa, tras el aumento del desempleo en 144.700 personas en el tercer trimestre, la cifra total de parados se situó en 4.978.300. Cualquier empeoramiento derribará la barrera de los cinco millones. De Guindos no aventuró más pronósticos porque, según reconoció, cuando se hacen previsiones más allá de los seis próximos meses se corre el grave riesgo de equivocarse. Pero las tesis del ministro se alinean con las proyecciones de otros expertos, que han ensombrecido sus expectativas para la economía española en paralelo al agravamiento de la crisis de la deuda soberana.
Factura del ajuste
Desde el banco de negocios Goldman Sachs a la Fundación de las Cajas de Ahorros, pasando por la mayoría del panel de expertos que colabora con Funcas y por el servicio de estudios de BBVA, todos han emitido sucesivas advertencias sobre una inminente entrada en recesión de la economía española. Entre las causas que mencionan para este parón se encuentran no solo el impacto del encarecimiento de la financiación, sino los remedios aplicados para tranquilizar a los inversores internacionales sobre la ortodoxia de las políticas. El principal de ellos es el ajuste de gastos para reducir el déficit y también el desendeudamiento al que se aplican -cuando pueden- las empresas y familias, inquietas por la abultada carga a la que deben hacer frente. Consumo e inversión se han desplomado.
La toma de posesión de cuatro altos cargos del recién desgajado ministerio de Economía y Competitividad, en la que De Guindos lanzó estos avisos, convocó a los ministros de Fomento, Ana Pastor y de Industria, Energía y Comercio, José Manuel Soria, y a relevantes políticos y técnicos. Entre los primeros, el expresidente del Gobierno José María Aznar, que acudió a dar la enhorabuena a un colaborador muy próximo, el hasta ahora director general de FAES, Jaime García Legaz, nombrado secretario de Estado de Comercio.
A Fernando Jiménez Latorre, responsable de Economía y Ayuda a la Empresa, le dieron la bienvenida funcionarios y dirigentes sectoriales como Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), con quien charló un buen rato sobre la reestructuración pendiente. El ministro de Economía volvió a incluir la reforma del sector financiero en la agenda doméstica de las cuestiones urgentes. «Es vital para la financiación de la economía e imprescindible para volver a la senda del crecimiento», apostó De Guindos.