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Mismos precios para subir las ventas
Los detallistas del Mercado Central tiran de las ofertas de cara a las fiestas
Actualizado: GuardarComer hay que comer durante las navidades pero los gaditanos no están dispuestos a hacerlo a cualquier precio. Los detallistas del Mercado de Abastos lo saben y por eso este año han optado por mantener los precios de sus productos pese al tirón que habitualmente solía traer la Navidad y que permitía añadir algunos céntimos de más al producto. Ni siquiera las cigalas, las gambas o las bocas, productos estrellas durante las comidas navideñas han visto alterados su coste muy a pesar de sus vendedores que esperaban sacar un escaso beneficio para salvar el año. «La cosa está fatal y no es por quejarnos», contó Enrique Santi del puesto 19 La boutique de la carne. «Desde los últimos cuatro meses se ha notado un gran descenso en las ventas y no creemos que la Navidad salve el mes». Este detallista aguanta el temporal como puede con la venta del cabrito «por el que soy muy conocido» pero «tal y como está la situación este año, en Nochebuena, van a cenar carbón». Desde el puesto vecino, uno de los vendedores sentenció que este año lo que se lleva es el puchero. «Ni cordero, ni pierna asada, ni nada, por la noche el puchero y al día siguiente a aprovechar la pringá».
Desde el otro lado del puesto Antonia Cepillo, habitual compradora del mercado aseguró que los precios se han mantenido este año para respiro de su pequeño monedero. «Quizás haya subido un poco el pescado pero la cosa está más o menos igual que hace tres semanas». Antonia preparará un menú para estas fiestas de falda de cordero, puchero y sopa de marisco, «y mirando mucho por el precio para que salga económico».
Cerca de los puestos de frutería, Rosario Rodríguez habló como compradora y vendedora, «bueno el que vende es mi marido que tiene una pescadería pero siempre que llega a casa me dice que la cosa va de mal en peor». La razón es «que la plaza está vacía». Y razón no le faltaba. En la mañana de ayer, un día antes de las grandes celebraciones, el vacío se hacía patente entre los puestos que intentaban convencer a los compradores a base de ofertas. Carteles que promocionaban el kilo de costilla de ternera a 5,90 euros, el ‘kit’ de un kilo de pavo y un kilo de lomo a 8,99 euros o el cordero a 15,50 euros abundan por los puestos de la plaza. Carteles que llevan puestos más de tres semanas como la tinta ya aguada atestigua, señal inequívoca de que los precios no han oscilado. Pero aún así no son suficientes para atraer a la clientela y entre bolsa y bolsa de la compra se cuelan los turistas que vienen de los cruceros y se llevan el recuerdo sólo en forma de imagen.
Competencia
Sin ideas sobre posibles menús se acercaron María del Carmen López y María del Carmen García hasta el Mercado Central. Estas dos amigas afirmaron que acudieron a la plaza sin ideas preconcebidas ni presupuesto ajustado. «Venimos a ver cómo están los productos y elegiremos en función de los precios», una media entre la calidad y la oferta. Estas dos amigas gaditanas reconocieron que hay algunos productos que suben como el marisco «por eso este año hemos acudido a la lonja directamente que tenían muy buenas ofertas, hemos caído». Ya el segundo plato es harina de otro costal y para eso «hay que dar muchas vueltas antes de comprar para llevarte la mejor posibilidad».
La competencia fuera del mercado es una de las grandes quejas entre los detallistas que traen el pescado de la lonja. Las ofertas de las grandes superficies como los grandes supermercados afectan de manera directa a los vendedores del mercado que se ven incapaces de asumir los descuentos que permite la venta a mayor escala. Una situación que se repite año tras año, pese a que en estas navidades el marisco y el pescado de la plaza siguen manteniendo el mismo precio. Desde el Mercado de Abastos sólo pueden competir ofreciendo calidad para un bolsillo lleno de agujeros.
Mientras unos intentan buscar la mejor oferta para llevar una pequeña mariscada al hogar, otros como Mercedes Salido y su madre Milagros Santos optan por no comprarlos. Con la crisis pondremos una loncha de jamón para repartir», afirmó entre bromas Mercedes «porque tal y como está la cosa no estamos para más». Madre e hija prepararán esta noche un menú a base de pavo y carne mechada, porque a pesar de la economía «hay que seguir celebrando la navidad».
Aún así, los detallistas no quieren dejarse llevar por el pesimismo y confían, aunque levemente, en poder acabar el género antes de que el reloj marque las doce campanadas que pondrá fin a 2011, un año que ha estado marcado por el descenso en las ventas y la amenaza de cierre de algunos de los puestos. Para 2012 piden que la situación prospere para poder seguir abasteciendo a la ciudad con los productos frescos del mar y de la tierra.