«Siento que sobreactúo»
Encarna al espía George Smiley, nacido de la pluma de John le Carré, en 'El topo' Gary Oldman Actor
LOS ÁNGELES. Actualizado: GuardarHace 25 años, un actor londinense se metió en el papel del salvaje Sid Vicious en 'Sid y Nancy'. Nació un intérprete sin miedos, tenaz, vibrante y distinto, que desde entonces ha plagado la historia del cine de buenos personajes. A sus 53 años, Gary Oldman estrena hoy 'El topo', la película de espías basada en la obra de John le Carré, que en los 60 intepretara en la televisión el actor Alec Guinness. Oldman cambia de registro y envejece para dar vida al espía George Smiley, deja a un lado los psicópatas para dar vida a un hombre callado y taciturno.
- ¿Qué tipo de preparación requiere un personaje tan complicado?
- El perfil inicial de Smiley está basado en un espía de los años 30, Mackintosh, con un cigarro en la mano. Tomas me pregunto qué me parecía como idea para empezar. Para mí, el fondo de Smiley está en que sabe escuchar de forma activa y física. Sus ojos son como los de un búho sabio. Por eso buscaba algo muy específico con él. Las gafas de Smiley para mí eran como el Aston Martin de James Bond, un icono.
- Usted encontró esas gafas, ¿no?
- Sí. Conducía por Los Ángeles cuando vi el cartel de una película. Era Colin Firth en 'Un hombre soltero'. Y me fascinaron sus gafas, ja, ja. Después, en un aeropuerto, vi un anuncio que decía que se podían comprar las gafas de la película. Apunté el teléfono por si acaso. Cuando comencé a rodar 'El topo', me probé todas las gafas del departamento de vestuario en Londres. Pero no me gustaban. Me fui a Los Ángeles al lugar donde se vendían las gafas de Colin. Y las encontré.
- Interpreta un personaje fuera de época, unos espías que no se parecen en nada a los de ahora. ¿Dudó a la hora de interpretarlo?
- Sí. De hecho rechacé la película cuando me la ofrecieron por primera vez. No quería meterme en los zapatos de Alec Guinness. Él había interpretado la serie en que está basada la película. Soy tan viejo que me acuerdo de verla. Guinness marcó una época con su interpretación de Smiley. Tenía casi setenta años cuando lo representé, y yo creí que era muy joven. Después de que Tomas insistiera mucho decidí aceptar el papel .
- El ser un personaje conocido por el público, ¿cambió la forma de construir a Smiley?
- El reto era conseguir que el público olvidara a Guinness. A veces me inspiraba en él y otras hacía algo completamente diferente. Pero me parece inevitable la comparación. Además, en el caso de 'El topo' no había muchas dudas. Guinness se basó en el libro. Le Carré lo construye casi entero: dice cómo habla Smiley, qué música escucha... Robé de ahí. Después le añadí mis movimientos.
El próximo 'Batman'
- ¿No echó de menos un espía un poco más llamativo?
- No. Hasta que llegó Daniel Craig, los Bond que se representaban en el cine no tenían nada que ver con las historias de Ian Fleming. Con Daniel hemos vuelto a los libros, al Bond oscuro menos preocupado por las mujeres y mucho más humano. ¿Dónde has visto en la realidad a un espía que se anuncie con 'hola, soy James Bond'? Es absurdo.
- Usted ha interpretado personajes viscerales, pero este no demuestra nada lo que siente. ¿Es difícil pasar de un extremo a otro?
- Como actor este papel para mí ha sido un alivio. He estado mucho tiempo esperando para que me llegara algo así. Cuando veía a mi compañero Tom Hardy en la película pensaba que prefería que le tocara hacer el loco más que a mí. La tranquilidad de Smiley me llamó mucho la atención. Saltaba desde la página, para mí es una alegría poder interpretar personajes diferentes.
- Usted tiene una reputación de gran actor, de ser un camaleón. ¿Qué es lo que busca en sus personajes antes de interpretarlos?
- En los Premios Gotham me dieron un galardón honorífico a toda la vida y editaron un vídeo con mis interpretaciones más significativas. No era muy largo, de dos minutos. Lo vi y me sorprendí, porque como actor siento que sobreactúo.
- ¿Qué puede adelantarnos de la nueva entrega de Batman?
- Si hablo de ella el director, Christopher Nolan, me mata, ja, ja.