HOY ES SIEMPRE TODAVÍA
Actualizado: GuardarPor distintos motivos en estos días me aferro a esa frase de Machado que dice que «Hoy es siempre todavía», y lo digo no sólo con las ilusiones puestas en que al menos la lotería del niño me haga un guiño, sino más influenciada quizá por las palabras de nuestra alcaldesa, para quien el año que viene será el año de la esperanza: un año en que podría cambiar el rumbo de Cádiz y su entorno. Decía Teófila Martínez que cuando el presidente del Gobierno en su discurso de investidura hacía mención al Bicentenario de la Constitución, sus compañeros se volvían a mirarla con envidia y complicidad. En fin, que pese a que parece improbable llegar a tiempo de haberlo convertido en una cuestión de Estado, tan necesario para la efeméride, todo indica que aún estamos a tiempo de recuperar cierta ilusión y ese pulso preciso y, en consecuencia, solamente toca esperanzarse. En primer lugar podríamos dirigir una carta colectiva a Sus Majestades y pedirles que el Bicentenario de 1812 recupere lo mejor del liberalismo doceañista. Que esperanzados, y no atocinados, trabajemos asumiendo que aunque el mundo ya no volverá a ser el mismo, quizá ahora y más que nunca, sea imprescindible exigir a quien corresponda una discriminación positiva para Cádiz. Que si el recién estrenado ministro de Economía fue consejero de Lehman Brothers, uno de los principales causantes del caos económico que vivimos, entiendo que le podremos pedir, al menos, cierta corresponsabilidad con una ciudad en la que conocemos a la crisis desde chiquitita, como dice Pepe Landi. Seguro que peco de ilusa y no sea a los Reyes sino a su yerno al que debíamos haberle pedido tantas cosas, aunque claro a eso sí que no llegamos a tiempo.