El Ejecutivo posa al completo con el presidente, Mariano Rajoy, y con sus majestades los Reyes, tras jurar sus cargos como ministros en el Palacio de la Zaruela. :: POOL
VICEPRESIDENCIA

Rajoy certifica su fe ciega en Sáenz de Santamaría al encomendarle el CNI

La vicepresidenta dice que actuará «con deportividad y sentido del deber», como le aconsejó en su día el presidente

MADRID. Actualizado: Guardar
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Soraya Sáenz de Santamaría tenía 29 años cuando pisó por primera vez las instalaciones del palacio de la Moncloa. Lo hizo como aspirante a un puesto en la asesoría jurídica adscrita al gabinete de Mariano Rajoy, entonces vicepresidente primero del Gobierno de José María Aznar.

Ayer, 11 años después, Sáenz de Santamaría volvió a la Moncloa para desempeñar un cometido bien distinto: tomar posesión de su cargo como vicepresidenta, ministra de la Presidencia y portavoz del Gobierno. Confesó que ejercerá esta responsabilidad aplicando los consejos que le dio en su día el propio Mariano Rajoy: «con sentido del deber, sentido común y sentido de la deportividad».

El presidente del Gobierno ratificó la plena confianza que tiene en Sáenz de Santamaría a la que, además de cederle la coordinación política de todos los ministerios, le ha encomendado la supervisión del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), adscrito hasta ahora al Ministerio de Defensa y que pasa ahora a depender del Ministerio de Presidencia, tal y como dispone la disposición adicional segunda del Real Decreto de reestructuración de los departamentos ministeriales publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado.

La vicepresidenta será informada de la actividad de los más de 3.500 agentes repartidos por todo el mundo y evitará, de esta manera, duplicidades que en el pasado provocaron graves tensiones interministeriales, como la que protagonizaron la exvicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, con la anterior titular de Defensa, Carme Chacón, a raíz de la renovación en 2009 del entonces presidente del CNI, Alberto Saiz.

Pese a que Sáenz de Santamaría será la máxima responsable de este organismo -que tomó el relevo en 2002 del Centro Superior de Investigaciones de la Defensa-, sus responsables seguirán informando como hasta ahora a los Ministerios de Asuntos Exteriores y al de Interior, dado el carácter de las actividades que desarrolla -servicio de inteligencia-.

Los 13 componentes del flamante Ejecutivo, tras jurar sus cargos ante los Reyes en el palacio de la Zarzuela, recibieron las carteras ministeriales de manos de sus antecesores en las sedes de los ministerios. Rajoy solo asistió a uno de estos actos protocolarios, el que tuvo como protagonista a Soraya Sáenz de Santamaría.

La vicepresidenta, que agradeció la «confianza» que ha depositado en ella el jefe del Ejecutivo, estuvo a punto de emocionarse cuando recordó a Francisco Villar, dirigente popular fallecido durante la pasada campaña electoral y que fue el hombre que le dio la posibilidad de trabajar por primera vez junto a Rajoy.

«Hoy -por ayer- vuelvo al Ministerio con mucha ilusión, todavía más ganas y mucha humildad», enfatizó durante su breve alocución. Insistió en la tesis de que, pese al margen de maniobra que otorga al nuevo Gobierno la mayoría absoluta del PP en el Congreso, en la necesidad de ser «humildes» y propiciar «el diálogo» entre todas las fuerzas políticas ante la «responsabilidad histórica» que le han otorgado los ciudadanos en un momento muy delicado para el país.

Aseveró, además, que agradecerá «la lealtad», pero también «la crítica» cuando se equivoque en sus decisiones. La vicepresidenta, en cualquier caso, apeló al «esfuerzo y al tesón» para no defraudar en una tarea «de la que depende el bienestar».

Rajoy otorga una especial importancia a una de las tareas que deberá desempeñar la número dos del Gabinete, explicar los motivos por los que el Gobierno adopta todas sus medidas, sobre todo las correspondientes al ajuste económico que aún no ha dado a conocer. El presidente confía en que los ciudadanos entiendan que los «sacrificios» que deberán realizar durante los primeros meses de la legislatura. Sáenz de Santamaría, asimismo, abogó por mantener un diálogo con la ciudadanía «desde la sinceridad y el realismo», ya que considera que entre las funciones de portavoz también está la de trasladar a los ciudadanos un «diagnóstico sincero de cómo están las cosas de la hondura de la crisis, pero también hacerles partícipes y cómplices de las soluciones que pueden llegar a paliarla».

Traspaso de poderes

El exministro de Presidencia Ramón Jáuregui quiso decir unas palabras durante el relevo. Jáuregui y Sáenz de Santamaría han trabajado de manera intensa durante las últimas semanas, ya que sobre ambos ha recaído la responsabilidad de llevar a buen puerto el traspaso de poderes previo a la investidura de Rajoy. El exministro socialista comentó que un Gobierno, a veces tiene que tomar decisiones, con «márgenes muy estrechos» y muchas veces «no eligiendo entre lo bueno y lo malo, sino entre lo malo y lo peor».

En un gesto de «máxima deportividad», Jáuregui reconoció que son momentos muy difíciles, en los que se hace necesario «hacer política grande». Finalmente, deseó a su sucesora «el mayor de los éxitos. Vuestro éxito será el de toda España», remachó.