ECONOMÍA / HACIENDA

El nuevo ministro de Economía asume la complejidad de la actual crisis

«Ahora nos toca a nosotros», asegura De Guindos, mientras Montoro afirma que «no venimos a recortar, sino a reformar»

MADRID. Actualizado: Guardar
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El núcleo duro del nuevo equipo económico de Mariano Rajoy, que deberá sacar a España de la crisis, ya está en marcha. Llegan a los despachos en un momento crucial, con el país a las puertas de una nueva recesión, el déficit y el paro fuera de control y el reto de recuperar la credibilidad ante los mercados. Sus discursos en los actos de traspaso de carteras evidencian la magnitud del reto y que la realidad se ve distinta desde el Gobierno y desde la oposición. De ahí que términos como «momentos difíciles», «esfuerzo» y «recortes» salpicaran todas las intervenciones.

El nuevo ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, reconoció que «vivimos momentos difíciles, con una crisis múltiple, internacional, financiera, del euro y de España». Por eso agradeció en términos calurosos al equipo saliente «su esfuerzo y dedicación».

Tuvo elogios especiales para la exvicepresidenta Elena Salgado, de quien dijo que «siempre ha sabido estar a la altura, en circunstancias no precisamente fáciles», y reconoció que le había tocado «bailar con la más fea» o, en este caso, «con el más feo», en clara referencia a la crisis, y a los duros momentos vividos por la responsable económica saliente. «Ahora nos toca a otros», asumió.

Se declaró con fuerzas para tan difícil tarea porque «este país siempre ha sabido tomar las decisiones correctas en los momentos clave». Y dio algunas pistas de las actuaciones que proyecta, al mencionar «las reformas del mercado laboral y del sector financiero». También abogó por «hacer frente a la pérdida de competitividad».

De este modo, y «con el esfuerzo de todos -concluyó- lograremos volver a los niveles de prosperidad que tuvimos y generar el crecimiento suficiente para crear empleo, que es nuestro objetivo número uno».

La cartera de Economía y Competitividad recupera funciones como la tutela del comercio, que en su día tuvo el Ministerio de Economía durante el Gobierno de José María Aznar, en la etapa en la que también estuvo separado de Hacienda. También añade, heredadas del extinto Ciencia y Tecnología, otras de fomento de la innovación y el desarrollo tecnológico.

Le corresponde, según la nueva estructura del Ejecutivo, «la propuesta y ejecución de la política del Gobierno en materia económica y de reformas para la mejora de la competitividad, de la investigación científica, del desarrollo tecnológico y la innovación en todos los sectores, la política comercial y de apoyo a la empresa».

Parece claro, por tanto, que entre las funciones de De Guindos está la de promover las liberalizaciones, aunque la ejecución de muchas de ellas (energética, laboral) corresponda a otros departamentos. De ahí la importancia que alcanzará la función de coordinación para evitar conflictos. Más sencilla parece la compenetración entre el ministro de Economía, que asistirá a los consejos de ministros de la Unión Europea y al Eurogrupo, con el titular de Exteriores. José Manuel García-Margallo es buen conocedor de las instituciones comunitarias y será un aliado muy valioso.

Por otra parte, los propósitos de ahorro del Gabinete Rajoy no se ven reflejados en el organigrama, porque el departamento que lidera De Guindos aglutina tres secretarías de Estado: de Economía y Apoyo a la Empresa, de Comercio y de Investigación, Desarrollo e Innovación.

Tarea ingrata

«No estamos aquí para hacer recortes, sino para hacer reformas». El nuevo ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, quiso endulzar con esa frase su regreso al Ejecutivo y suavizar, al menos el primer día, el alcance de la tarea ingrata que tiene por delante el nuevo equipo de Rajoy.

Al acto, además de compañeros de gabinete, amigos y colaboradores, acudió un nutrido grupo de funcionarios del departamento, que eran solo una ínfima parte de los trabajadores públicos que ahora pasan a depender de su gestión. La crisis y los anunciados ajustes del sector público mantienen en vilo a los empleados de la administración, que ya sufrieron en 2010 una rebaja de sueldos y temen que otro tijeretazo se lleve por delante muchos empleos.

El ministro entrante dijo la verdad cuando aseguró que no llega a Hacienda y Administraciones Públicas para hacer recortes. Pero tampoco decidirá sobre las reformas. A Montoro les corresponderá combatir el déficit, cuadrar las cuentas, redactar el Presupuesto, disciplinar a las comunidades autónomas y controlar a los funcionarios. Podrá sugerir reducciones de gastos y subidas de ingresos, pero las partidas concretas a recortar las señalarán Luis de Guindos y sus superiores, Soraya Sáenz de Santamaría y Mariano Rajoy. Tendrá bajo su batuta tres secretarías de Estado: de Hacienda, de Presupuestos y Gastos y de Administraciones Públicas.