Complicidades y sonrisas en la jura del cargo
Rajoy charló durante unos minutos con el Rey de manera informal tras convertirse en el sexto presidente del Gobierno de la democracia
MADRID. Actualizado: GuardarMariano Rajoy pidió una última aclaración al responsable de protocolo y se situó en un extremo del Salón de Audiencias de la Zarzuela. En el otro aguardaban los reyes. Sereno, juró su cargo de presidente del Gobierno a las 11.03 horas. Lo hizo frente a un crucifijo, un facsímil de la Constitución y un ejemplar de la Biblia del siglo XVIII.
«Juro fielmente cumplir con mis obligaciones como presidente del Gobierno con lealtad al Rey y a la Constitución, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado», afirmó ante el artículo 99 de la Carta Magna, el relativo al nombramiento del presidente del Gobierno.
El todavía ministro de Justicia, Francisco Caamaño, actuó como notario de un acto que contó con la asistencia el ya exjefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y de los presidentes del Congreso, Jesús Posada; Senado, Pío García Escudero; Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, y Tribunal Constitucional, Pascual Sala.
Zapatero, en apariencia muy relajado, charló muy distendido con don Juan Carlos durante la sesión fotográfica. Hubo muchas instantáneas, hasta llegar a la más esperada, la de Rajoy, don Juan Carlos y Zapatero, definitivo epílogo del traspaso de poderes. El nuevo presidente del Gobierno también conversó con el Rey y se puso de espaldas a los informadores para que no pudieran leer sus labios. La seguridad de la Casa del Rey, por si acaso, obligó a los cámaras que dejaran de grabar.
Después se dirigió a la que será su casa los próximos cuatro años acompañado de Jorge Moragas, director de la oficina del presidente del PP, y su directora de Comunicación, Carmen Martínez Castro. En el palacio de la Moncloa hicieron de cicerones José Enrique Serrano, hasta ayer jefe del gabinete de Zapatero, y Félix Monteira, secretario de Comunicación.