Un antinacionalista para gestionar la desaparición de ETA
MADRID. Actualizado: GuardarSi el propósito de Rajoy era mandar un mensaje nítido a ETA y a su entorno, lo ha conseguido. El hombre llamado a gestionar la desaparición definitiva de la banda terrorista -que declaró el cese definitivo de su actividad el pasado 20 de octubre- y, sobre todo, administrar los tiempos de los posibles acercamientos de sus 550 presos, es un profundo y declarado antinacionalista, exgobernador civil en la Barcelona y en la Asturias de los duros inicios de los años ochenta y destacado miembro del ala más conservadora del PP.
Eso sí, un día después del anuncio de ETA, el mismo reconoció que no se debía «menospreciar» la «noticia extraordinaria» del punto final de los atentados, si bien dejó claro que lo creía insuficiente, porque «la banda terrorista debía disolverse, amén de pedir perdón a las víctimas».
Hombre de muy profundas convicciones religiosas (suya fue la idea de poner una placa en el Congreso en recuerdo de Sor Maravillas) el ingeniero industrial Jorge Fernández Díaz, además, es de absoluta confianza del nuevo presidente del Ejecutivo. Rajoy deja el Ministerio del Interior en manos del que fuera su secretario de Estado en Administración Territorial, Educación y Relaciones con las Cortes.
Nadie en el PP tiene dudas de la fidelidad absoluta de Fernández al presidente. Él ha sido uno de los apoyos más sólidos del ahora jefe de Gobierno en los momentos más duros, sobre todo tras las derrotas de 2004 y 2008, poniendo siempre del lado de Rajoy al partido en Cataluña.