Francia atribuye los asesinatos de Capbreton a la lucha dentro de ETA
La Justicia gala sostiene que Mikel Karrera 'Ata' mató a los agentes a sangre fría en 2007 para imponerse a la facción de 'Thierry'
PARÍS. Actualizado: GuardarLa Justicia francesa imputa a Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, 'Ata', el último gran jefe del aparato militar de ETA, la autoría material de los tres disparos que acabaron con la vida de los guardias civiles Raúl Centeno Bayón y Fernando Trapero Blázquez, el 1 de diciembre de 2007 en Capbreton (Las Landas). El auto de procesamiento que acaba de ser dictado en París plantea el doble crimen como un golpe de fuerza del entonces jefe de la logística militar en el pulso cismático entablado por el poder interno en el comité ejecutivo con Xabier López Peña 'Thierry', responsable del aparato político. El sumario recién clausurado tras cuatro años de instrucción por tres magistrados antiterroristas se convierte así en un juicio a la militarista ETA de 'Ata' en el que también están imputados altos dirigentes como Garikoitz Aspiazu Rubina, 'Txeroki', Ibon Goieaskoetxea Arronategi, 'Emil', e Iratxe Sorzabal, 'Ezpela', esta última procesada en rebeldía.
La conclusión de los jueces Laurence Le Vert, Yves Jannier y Edmond Brunaud es que los asesinatos fueron decididos sobre la marcha en el mismo lugar de los hechos por Karrera Sarobe, en su calidad de miembro de la cúpula, al coincidir por casualidad con los guardias civiles que desayunaban en una cafetería de Capbreton. Era el primer día de la misión de Centeno y Trapero en un dispositivo común de vigilancia con los Renseignements Généraux (RG, servicios de información) formado por 17 guardias civiles y 9 agentes franceses para detectar activistas de ETA por las zonas turísticas del litoral atlántico al sur de Burdeos.
Según la reconstrucción definitiva, aquella mañana lluviosa y desapacible 'Ata' entró en la cafetería Les Ecureuils a las 8.40 horas acompañado por sus subordinados Saioa Sánchez Iturregi 'Hintza' y Asier Bengoa López de Armentia 'Pagadi'. Poco después Centeno y Trapero llegaron al establecimiento casi vacío y se sentaron a tomar un par de cafés hablando en español en una mesa contigua a la del trío. A las 8.53 los dos guardias civiles pagaron sus consumiciones y se montaron en su coche camuflado, visible desde el ventanal, donde permanecieron escuchando su radio de servicio. Sintonizada en el canal 3 A, reservado a los guardias civiles, el volumen sonoro hacía perfectamente audible las comunicaciones en español desde el exterior del vehículo, un Peugeot 307 perteneciente al Ministerio del Interior francés.
A las 9.01 los tres terroristas abonaron 6,60 euros por un café con leche y dos chocolates calientes antes de salir al aparcamiento. Los guardias civiles, que estaban desarmados, se disponían a arrancar pues el freno de mano estaba bajado, el motor en marcha y los faros encendidos. 'Ata' abrió la puerta delantera del copiloto mientras 'Hintza' y 'Pagadi' le cubrían a derecha e izquierda del vehículo. A gritos, escuchados por una testigo, les exigió que le confirmaran que eran guardias. La radio habló por ellos. Entonces se apoderó de los carnés profesionales de Centeno, cuyas copias escaneadas aparecieron en abril de 2009 en poder del aparato de falsificación de ETA. Ya seguro, los ejecutó de tres disparos. La secuencia del altercado y los tiros se desarrolló entre las 9.03 y las 9.07.
El primer balazo fue contra Trapero. El segundo tiro cruzó la cabeza de Centeno, que estaba sentado al volante, de derecha a izquierda a la altura de la mandíbula. Como el conductor logró incorporarse y apoyarse en el exterior del coche, corrió al otro lado para rematarlo 30 o 40 segundos después desde la puerta delantera izquierda.