Los pupilos de Carrillo no tuvieron suerte ante el modesto Marinaleda. :: FRANCIS JIMÉNEZ
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El peligro sigue al acecho

El Cádiz B acusa el parón de la competición y dice adiós a una buena racha de resultados tras caer en El Rosal ante un ordenado Marinaleda

PUERTO REAL. Actualizado: Guardar
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Confirmado. El obligado y absurdo parón liguero del pasado fin de semana no sentó demasiado bien en el filial cadista, que se vio sorprendido por el Marinaleda, penúltimo al inicio del duelo, en un partido teóricamente asequible. Los pupilos de Juanma Carrillo habían sumado diez de los últimos doce puntos puestos en litigio y ya no estaban inmersos en un pozo en el que se encontraban desde el inicio de la competición liguera. Además, el Cádiz B había acumulado tres victorias consecutivas en El Rosal, un magnífico bagaje que ayer esperaban los futbolistas amarillos confirmar antes de marcharse de vacaciones.

Sin embargo, al Cádiz B se le torcieron muy pronto las cosas. Tan solo habían transcurrido siete minutos desde el pitido inicial y el colegiado cordobés González Cantador señalaba el punto fatídico tras una comprometida acción de Gasca. José Manuel no se arrugaba y batía con templanza a Álex Cobaleda. El máximo anotador del conjunto tricolor en lo que va de ejercicio demostraba su eficacia desde los once metros y anotaba su séptimo gol liguero, el cuarto desde el punto de penalti.

La reacción de los locales no llegaba (el portero Molero estuvo firme en una peligrosa ocasión de Blanco) y el susto pudo ser aún mayor si Palop hubiese aprovechado una aproximación que se marchó junto al poste. La llegada del descanso era vital para esclarecer las ideas en un Cádiz B que lamentaba las ausencias de jugadores como Gabi o Mohammed.

Expulsión determinante

Las sensaciones parecían cambiar algo tras el intermedio. Apoyados en un vertical Cuero, los canteranos Rubén Cervera y Blanco se hicieron con los galones, pero el tanto del empate tardó en llegar. Tuvo que ser Wilson Cuero, cada vez más adaptado a la categoría, el que colocara las tablas en el marcador. Quedaban unos 20 minutos para el final del partido y el delantero colombiano acertó ante la portería defendida por Molero. Eso sí, poco antes Tomi salvó bajo palos un remate de Juanmi Becerra.

El gol dio alas al filial gaditano, pero el impulso de los locales no solo no sirvió para culminar la remontada. Sucedió todo lo contrario, ya que el Marinaleda, que tuvo en las botas de José Manuel el 1-2 en un contragolpe (76'), aprovechó los espacios del Cádiz B, que se quedó con un jugador menos al ser expulsado el portuense Sergio Ceballos con roja directa en el minuto 78.

A renglón seguido, Ávalo no perdonó y dejó a los pupilos de Carrillo muy heridos y sin tiempo para la heroica (81'). De ahí al final, el Cádiz B buscó la igualada con más corazón que cabeza, pero los visitantes se dejaron la piel y cosecharon tres puntos de oro que vuelven a meterles de lleno en la lucha por la permanencia.