EL TRANVÍA

UNA SOLUCIÓN PARA ACASA (II)

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El titular de este artículo es idéntico al del domingo pasado, con la única diferencia del dos en números romanos que se sitúa al final entre paréntesis. Hace hoy exactamente siete días escribía sobre el bochornoso conflicto de Acasa (servicio de atención a domicilio) y, claro, los acontecimientos de esta semana obligan a seguir con el tema, temiendo, además, que no vaya a ser la última vez que tenga que hacerlo.

No solo la situación no ha mejorado, sino que ha empeorado, algo que parecía difícil. El encierro de las trabajadoras ha puesto al descubierto muchas vergüenzas y ha enquistado todavía más el problema. Puede discutirse si la decisión de tomar la casa consistorial estaba fuera de lugar o no, si era excesiva o si estaba justificada -más allá de la lógica desesperación que deben tener unas empleadas que llevan meses sin cobrar-, pero lo que pasó allí durante las poco más de 24 horas que estuvieron encerradas da para escribir un libro. Ha dado, de hecho, para un reportaje del programa televisivo 'Callejeros' que en las próximas semanas verás la luz, con la consiguiente publicidad negativa que eso supondrá para la ciudad en general y el Ayuntamiento en particular. Se vivieron momentos de mucha tensión, no se las dejaba ni ir al servicio, la Policía Local trató de impedir que compañeros, familiares y amigos les pasasen comida por la ventana... Y eso mientras la Junta de Andalucía y el gobierno municipal se tiraban los trastos a la cabeza culpabilizándose del conflicto de Acasa. Lo dicho, una auténtica pena.

Harían bien la Junta y el Ayuntamiento en aparcar de una vez sus diferencias y demostrar que son capaces de solucionar el problema. Ambos tienen su parte de culpa en todo esto. Una por transferir tarde el dinero y el otro porque tampoco ha abonado las nóminas cuando lo ha tenido. En este último caso tendríamos que remontarnos al anterior mandato, aunque eso, a estas alturas, qué más da. Urge una solución.