Monti logra la confianza de la cámara en Italia

El Gobierno italiano de perfil técnico de Mario Monti obtuvo ayer el respaldo a su plan de ajuste de 33.000 millones en la Cámara de Diputados, dentro de los trámites acelerados para que esté aprobado antes de Navidad. El plan, retocado para intentar contentar a partidos y sindicatos, fue sometido a una cuestión de confianza, fórmula que agiliza los tiempos. Recibió el apoyo de 495 diputados, con 88 en contra y cuatro abstenciones. En una jornada maratoniana, durante la noche seguía la sesión a la espera de la aprobación final del texto, pero se daba por descontada. Monti conserva el imprescindible apoyo de los dos grandes partidos, aunque lo hagan de mala gana y no dejen de pensar en unas elecciones. Votaron en contra la Liga Norte y el partido de Di Pietro.

Las correcciones al plan tienen cierto peso y buscan equilibrar los sacrificios con mayor equidad, una de las principales críticas al proyecto. Por ejemplo, ha mejorado el punto que originó el sonado episodio de las lágrimas de la ministra de Trabajo, Elsa Fornero: las pensiones se congelarán a partir de 1.400 euros, no de 935. Se compensará con una carga del 15% sobre las 'pensiones de oro', superiores a 200.000 euros. Se aumentan las tasas sobre productos financieros y se refuerza el 'castigo' sobre los capitales evadidos que regresaron a Italia en 2009 con una amnistía de Berlusconi. Por otro lado se rebaja el peso del nuevo impuesto de vivienda a las familias con hijos. No obstante, se reduce la tasa sobre yates y coches de gran cilindrada, que se resuelve con una subida del tabaco.

Como sorpresa, Monti aceptó una de las exigencias del centro-izquierda más debatidas estos días: someter a subasta nuevas licencias de televisión. Era polémico porque el hasta ahora primer ministro lo había dejado en un 'concurso de belleza' gratuito en el que participaba su empresa.