Sociedad

Psiquiatra y bromista

El director asegura que le dará «un beso en los labios» al próximo ministro de Cultura en la gala de los Goya

MADRID. Actualizado: Guardar
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La candidatura a los Globos de Oro vuelve a abrir, aunque sea apenas una rendija, el debate sobre si el cine de Almodóvar es querido entre los espectadores españoles o no. El manchego pasó de puntillas sobre el tema. «El único vicio que me queda es andar y la gente me dice cosas bonitas», indicó Almodóvar. Insistió en que aquí se le trata «muy bien», pero tampoco escondió que en EE UU se le «premia más». A lo mejor ese déficit de reconocimiento se acaba en la próxima gala de los premios Goya, donde lo más lógico es que 'La piel que habito' acapare gran número de candidaturas. «No estoy tan seguro, ojalá», dijo medio en serio medio en broma. En la fiesta del cine español se encontrarácon un nuevo ministro del PP. «Le daré un beso en los labios para que no haya duda sobre mi actitud hacia ellos. Los recibiré con los brazos abiertos», comentó Almodóvar.

El director abrazó el discurso del presidente de la Academia, Enrique González Macho, cuando señaló el miércoles que no tenía miedo al Gobierno del PP. «Ni yo ni ninguna persona de izquierdas. Es un partido de derechas, pero no de inconscientes. Hay un país con muchos problemas que arreglar», apuntó.

Además de la candidatura a los Globos de Oro, el padre de 'Volver' o 'Carne trémula' estaba ayer de enhorabuena. Presentaba 'Los archivos secretos de Pedro Almodóvar' (Taschen), un libro de 400 páginas y más de 600 fotografías en los que se repasan los 31 años de carrera. Un compendio de imágenes de los set de rodaje de su películas, como la escena del duelo en 'Volver'; los gritos de Verónica Forqué en 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' o dando órdenes a Penélope Cruz, Victoria Abril, Antonio Banderas, Carmen Maura o Rossy de Palma. «Lo tomo como una autobiografía», indicó orgulloso el director, quien se sintió como un «psiquiatra» cuando buceó entre sus recuerdos.

«Reconozco todo mi pasado, me reconcilió con él y con las personas. Lo asumo y estoy muy contento», indicó. Se ha dado cuenta, con sorpresa, que no es la misma persona que hace tres décadas, aunque reconoce «preocupaciones y temas» que le han acompañado en este viaje. «Me ha gustado ver que he cambiado pero que, a la vez, soy radicalmente la misma persona», apuntó.