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Misandria

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La palabra misandria no está incluida en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua; designaría el odio a los hombres y equivaldría al término misoginia, odio hacia las mujeres, que sí lo está. El castellano tiene una tendencia androcéntrica que, aunque ha ido perdiendo peso con el tiempo, permanece arraigada en muchas expresiones del lenguaje cotidiano; así los hombres dicen mi mujer con toda naturalidad y en cambio mi hombre, dicho por una mujer, suele tener una connotación sexual peyorativa. Pese a lo anterior, aceptar todas las recomendaciones del libro sobre lenguaje administrativo no sexista, editado por el Instituto Andaluz de la Mujer, es un disparate porque cuestiona las bases del funcionamiento del lenguaje.

En la presentación del texto, la directora del Instituto Andaluz de la Mujer llega a afirmar contundentemente que 'de poco sirve que la comunicación responda al principio de economía del lenguaje'. Este organismo prefiere utilizar perífrasis y rodeos en la redacción de textos y normas administrativas antes que simplificar su contenido. Consecuencia y resultado de ello es la surrealista redacción de numerosas disposiciones legales; si se suprime la explicitación de género su longitud se acortaría y aumentaría su comprensión. La legislación educativa es un exponente claro de esta afirmación; así, para evitar una palabra, tutor, se usan seis 'la persona que ejerza la tutoría'; en otra se afirma que 'el profesor tutor o la profesora tutora informará a los padres y madres de los alumnos y las alumnas'. Este tipo de redacción dificulta enormemente la transmisión del mensaje que todo lenguaje pretende, al multiplicar el número de sujetos o complementos de la frase. Tal vez se logre comunicar expresiones con igualdad pero distrayendo del contenido esencial. Un sencillo experimento sería presentar a dos alumnos de nivel homogéneo un cuestionario sobre el mismo texto con o sin economía de lenguaje; el resultado es previsible. ¿Pretenderán las directrices empeorar los malos resultados que los andaluces obtienen en comprensión lectora en los informes PISA?

Lo grave es que se destinen fondos públicos a financiar libros que sólo sirven para justificar el puesto de trabajo de algunas cuando el mayor esfuerzo en la lucha por la igualdad sería conseguir empleo para los parados, sean mujeres paradas u hombres parados.