El asesino de Florencia planeó con detalle su ataque

Las preguntas en torno al asesino neonazi que el martes mató a dos senegaleses, hirió a otros tres y luego se suicidó en el centro de Florencia tenían ayer algunas respuestas. Según la Fiscalía de la ciudad, Gianluca Casseri, de 50 años, actuó de forma premeditada, planeó el ataque y no fue una discusión la que desató la matanza. Simplemente llegó a un mercadillo y se puso a disparar. Otro detalle de interés es que su casa, a 500 metros de la plaza donde empezó el tiroteo, parecía haber sido limpiada, aunque los vecinos indican que Casseri residía allí desde hace algunos meses. Es como si el agresor decidiera borrar su rastro personal del lugar o, y es otra hipótesis más misteriosa que maneja la Policía, como si alguien hubiera pasado tras el suceso a llevarse material comprometedor. Por ejemplo, faltaba el disco duro de su ordenador. En la casa los agentes hallaron más muestras del mundo en que vivía Casseri, un apasionado del esoterismo, los cómics y la ciencia ficción. Había una gran biblioteca y soldaditos de juguete de la época fascista. Pero es en su vivienda de toda la vida, en Cireglio, un pequeño pueblo de 500 habitantes en los Apeninos que dejó hace poco para mudarse a Florencia, donde la Policía encontró más cosas interesantes. El asesino tenía un pequeño sótano donde fabricaba su propia munición.

Los testimonios de conocidos y vecinos permitieron ayer saber más sobre Casseri, hijo de una familia adinerada, con propiedades inmobiliarias. Fue una especie de niño prodigio que hasta salió en un periódico local porque se sabía de memoria 'La Divina Comedia' de Dante. Aunque a los 14 años su madre le pilló fabricando una bomba casera. Era diabético y sufría depresión.