ESPAÑA

PP y PSOE arrancan la legislatura con una defensa cerrada de la Corona

El presidente del Congreso, Jesús Posada, y el rey llaman al consenso político en estos «momentos difíciles»

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PP y el PSOE iniciaron ayer la legislatura con una defensa cerrada de la Corona. Los partidos mayoritarios y el todavía presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dedicaron buena parte de la jornada de constitución de las Cortes a respaldar la figura de don Juan Carlos en un momento en que el rey y su familia pasan por un difícil trance por la investigación judicial de los negocios privados de Iñaki Urdangarin y su posible imputación judicial.

Alfredo Pérez Rubalcaba comprometió «un apoyo sin fisuras» del PSOE a la Corona y dijo que a los socialistas les «parecen bien» todas las decisiones adoptadas por el rey, como la separación de Urdangarin de los actos públicos de la Casa Real o el anuncio de transparencia y publicidad en los gastos de la institución. Alfonso Alonso, el flamante portavoz parlamentario del PP, algo menos contundente pero con igual interés en evitar a toda costa que el escándalo dañe a la Corona, señaló que «las actividades privadas de Urdangarin no deben interferir desde el punto de vista institucional en lo que es la monarquía» y también consideró que «la Casa Real ha tomado un camino correcto, porque deslinda ámbito distintos».

Las declaraciones de los dos principales portavoces parlamentarios se produjeron unas horas después de que la sesión constitutiva del Congreso arrancase con un prolongado aplauso a don Juan Carlos, mayoritariamente secundado en la bancada popular y la socialista e ignorado en los escaños nacionalistas. El homenaje lo provocó el diputado del PP Juan Manuel Albendea, presidente de la mesa de edad que debía tutelar la elección de la nueva dirección de la cámara, que aprovechó la ocasión para hacer una encendida defensa de don Juan Carlos por su contribución a la democracia.

Ejemplo

El último apoyo institucional del día, y también el de más calado, le llegó al rey del propio presidente del Gobierno en funciones. Zapatero usó el brindis de la comida de despedida que la Familia Real ofreció al Ejecutivo saliente para subrayar que el monarca es una figura imprescindible para la democracia y el prestigio internacional del país. Reconoció asimismo el aliento que siempre dio a su Gobierno y su «compromiso» con el interés general de los ciudadanos. Todos estos gestos apuntan a un anticipo del respaldo público que el rey puede recibir cuando acuda dentro de 15 días al Congreso con su familia para el acto oficial de apertura de la X legislatura.

El mensaje institucional de la jornada lo lanzó Jesús Posada, tras ser elegido presidente del Congreso con los 202 votos de PP y CiU y la abstención del PSOE. En un breve discurso, llamó a todas las fuerzas parlamentarias a recuperar el consenso de la transición y a buscar soluciones conjuntas, alejadas del partidismo, por el bien de los españoles y por la gravedad de la crisis económica. «Son momentos difíciles -dijo-, hay graves problemas que debemos intentar resolver, y la ciudadanía espera de nosotros esfuerzos generosos para afrontarlos». Señaló que por amplia que sea la mayoría absoluta del PP la tarea no puede ser afrontada por un solo grupo.

El rey se sumó al llamamiento de Posada durante el brindis de la comida al Gobierno en el Palacio Real. Don Juan Carlos advirtió de que «vienen tiempos muy duros» y que será más necesario que nunca que todos los partidos actúen con sentido de Estado y orientados solo por el bien común para «ganar la batalla al paro». Consideró adecuada la misma receta para «consumar la victoria definitiva» sobre el «cobarde y estéril» terrorismo de ETA.

El Partido Popular, entretanto, inauguró ayer su mayoría absoluta y se hizo no solo con las Presidencias del Congreso y el Senado sino también con el control de las mesas. No obstante, también activó una indisimulada estrategia de acercamiento a CiU, que cuenta con 16 diputados, a quien desea convertir en su principal socio parlamentario. Como anticipo, Mariano Rajoy se reunió con Josep Antoni Duran i Lleida y cedió a los catalanes un miembro en cada una de las mesas de las cámaras y les aseguró dos presidencias de comisión en el Congreso.

El movimiento podría garantizarle al futuro presidente la abstención de los nacionalistas en su investidura, el próximo martes, pero también le granjeó el enfado de IU, que no entiende cómo se queda fuera de las mesas siendo la tercera fuerza del país.

Posada quiso iniciar su mandato con un mensaje de moderación, apertura a todos los grupos y tolerancia con las lenguas autonómicas. Aceptó sin inmutarse que más de una quincena de diputados de Amaiur, ERC, PNV, BNG y Geroa Bai acatasen la Constitución por «imperativo legal» y que, en muchos casos, lo hiciesen en catalán o euskera. Y también oyó cómo Cayo Lara y otros parlamentarios de IU usaban igual fórmula de acatamiento, «sin renunciar a mis convicciones republicanas».