El paseante que fuma puros

Jesús Posada no pertenece al núcleo duro de Rajoy, pero conoce al futuro presidente del Gobierno. Fueron compañeros de Consejo de Ministros tres años, suficientes para saber que hacerse notar no es buen método para que el líder te incluya en sus planes.

Es lo que ha hecho, no ha estado en la primera fila de 'marianistas' que han brotado por doquier, pero estuvo cerca cuando hizo falta. Tras la derrota de 2008 renovó en público, cuando pocos lo hacían, su fe en en el líder y consideró «impropio» el trato que propinó Aznar a su sucesor.

Rajoy fue, cómo no, predecible. No dio sorpresas con el presidente del Congreso, estaba en alguna quiniela aunque es cierto que no era el candidato que más sonaba, aunque alguno que sonaba mucho sonó demasiado y se quedó con las ganas. El líder del PP optó por un político veterano, centrista y amigo de los consensos. «Jesús da el perfil ideal», comentó más de uno en el PP. Y es que Posada, soriano de 66 años, conoce todo el escalafón. Diputado en cinco legislaturas y senador una más, ministro de Agricultura y Administraciones Públicas, presidente de Castilla y León, consejero de Fomento, procurador de las Cortes regionales y gobernador de Huelva.

Podría pensar en una jubilación tranquila, declaró dos casas, locales comerciales y campos en Soria, una finca en Ciudad Real, una atractiva cartera de acciones y una saneada posición bancaria, pero atendió la llamada. Un buen broche para este fumador de puros, placer que comparte con el jefe, y buen conocedor del patio del Congreso, por el que da largos paseos mientras consume el veguero.