Clegg y Cameron, durante un acto conjunto en Londres. :: AP
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Clegg teme que la decisión de Cameron aísle al Reino Unido

El socio de Gobierno de los Conservadores asegura que mantendrá la coalición aunque alerta sobre el poder de los euroescépticos

MADRID. Actualizado: Guardar
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La oposición del primer ministro británico David Cameron a una revisión de los tratados de la Unión Europea (UE) cuenta con un amplio apoyo en el Reino Unido, pero divide a su Gobierno, ya que su aliado Nick Clegg teme que su país quede «aislado» dentro de la UE. Los liberales-demócratas, con su líder al frente, se debaten estos días en una crisis de identidad ya que no en vano son el partido más europeísta del arco parlamentario británico. Sus bases más a la izquierda ya les han castigado en las urnas por su apoyo a un Gobierno 'tory'. Esta pérdida de apoyos puede incrementarse aún más de continuar apoyando a un Ejecutivo que en la pasada semana en Bruselas se quitó la máscara para mostrar su vertiente más euroescéptica.

De esta forma, y a pesar de afirmar en un primer momento que la coalición gubernamental estaba «unida» en torno a la posición defendida por el primer ministro conservador, Clegg estimó ayer que Gran Bretaña corre el riesgo de quedar «aislada y marginada». «Estoy amargamente decepcionado con el fin de la cumbre de la semana pasada (...) Ahora existe un riesgo real de que, con el paso del tiempo, Gran Bretaña quede aislada y marginada dentro de la Unión Europea», dijo Clegg a la BBC. «Yo no creo que esto -añadió el líder liberal-demócrata- sea bueno para los puestos de trabajo en la City o en cualquier otro lugar; no creo que sea bueno para el crecimiento, y no creo que sea bueno para las familias en todo el país», añadió.

Hasta ahora, Clegg se había limitado a «lamentar» que Gran Bretaña hubiera terminado la reunión fuera de un pacto que integró a los otros 26 miembros de la UE para fortalecer la disciplina fiscal, con el fin de salvar al euro. También ayer Clegg lanzó una carga de profundidad contra sus socios de Gobierno, al formular una alerta contra elementos contrarios a la Unión Europea en el seno del Partido Conservador, que desean que Gran Bretaña abandone definitivamente el bloque, y afirmó que esto dejaría al país en la estatura de un «pigmeo» a nivel mundial.

No obstante, Clegg se pronunció por permanecer en el Gobierno de coalición. «Sería aún más perjudicial para nuestro país que se viniera abajo el Gobierno de coalición, lo cual constituiría un desastre económico para el país, en una época de gran incertidumbre», estimó. Más crítico respecto al futuro fue otro de los líderes del partido. El ministro de Empresa liberaldemócrata Vince Cable, que encabeza la división dentro del Gabinete, criticó que se equipare «el interés nacional con el de los bancos y servicios financieros».

Guiño a la coalición

Otra voz del gabinete que expresó ayer su opinión sobre lo sucedido en Bruselas fue el ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, quien negó que el Reino Unido pueda quedar aislado en el seno de la Unión Europea. Hague coincidió en cambio con Clegg en mostrarse partidario de mantener la actual coalición gubernamental. «La coalición tiene que perdurar, se trata de un interés vital para el país», declaró a Sky News.

En cualquier caso, se da por seguro que las tensiones dentro del Ejecutivo de Cameron aumentarán si los euroescépticos optan por reclamar un referéndum sobre la pertenencia a la UE. Incluso las divisiones podrían afectar de lleno al Partido Conservador, en el que dirigentes como el ministro de Justicia Ken Clarke ya han criticado abiertamente la postura mantenida ante los socios europeos.

La oposición laborista, que no ha aclarado si habría suscrito el tratado europeo, ha acusado a Cameron de actuar de forma partidista y no en interés del país. «Está siguiendo al Partido Conservador, no liderándolo», afirmó el portavoz laborista de Exteriores, Douglas Alexander, quien opinó que el jefe del Gobierno «no quería un acuerdo». Paralelamente, una encuesta publicada ayer en 'The Mail on Sunday' indica que un 62 % de los británicos aprueba la actuación de Cameron mientras un 66 % apoya la celebración de un referéndum sobre la pertenencia a la UE.