ESPAÑA

El PP defiende que Rajoy comenzó en Marsella a recuperar el prestigio de España

Los socialistas insisten en que el futuro presidente sigue sin desvelar «lo que quiere hacer con el país»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Cinco encuentros bilaterales con mandatarios europeos de la talla de Angela Merkel o Nicolás Sarkozy y un discurso ante delegados de todos los partidos conservadores reunidos el jueves en Marsella habrían servido a Mariano Rajoy para comenzar a «recuperar» el prestigio de España, según defendió ayer el vicesecretario de política territorial del PP, Javier Arenas. «La figura de Mariano Rajoy ha transmitido confianza y credibilidad en la UE y todos los españoles tenemos que compartir su apuesta para que España siga estando a la cabeza de Europa», explicó.

El futuro presidente del Gobierno, durante su intervención en el plenario del 20º congreso del Partido Popular Europeo (PPE), vinculó la apuesta «europeísta» de España al apoyo que recibió su formación en las urnas. Según Rajoy, los españoles dieron el 'sí' al cambio político «conscientes de la responsabilidad y de los sacrificios exigidos». Es más, aseguró que los ciudadanos, «voluntaria y mayoritariamente», ligaron su futuro y la solución de la crisis económica al fortalecimiento de Europa.

Y este, según enfatizó Arenas, es el único camino «para ganar al paro». Los populares quieren que se repita el 'milagro español' que impulsó José María Aznar entre 1996 y 2004. El también presidente del PP andaluz, y candidato a las elecciones autonómicas que se celebrarán en marzo, es consciente de que el plan de ajuste de Rajoy provocará rechazo en parte de la sociedad. Un handicap que podría poner en peligro su victoria que auguran en la actualidad las encuestas y que, de confirmarse, sería la primera que lograría el PP en el último gran feudo del PSOE.

Tal vez por ello, Arenas insistió en la necesidad de transmitir un mensaje de esperanza «que tiene mucho que ver con que se arreglen los problemas fundamentales que afectan a la economía». Para completar esta receta, consideró indispensable «decir siempre la verdad» a los ciudadanos en unos tiempos tan complejos. Rajoy, tras ocho años de intervenciones en el turno de los segundos espadas del PPE (donde participaban los que no eran presidentes o primeros ministros), se estrenó en la primera división de la política europea con un mensaje muy conciso: España es un país serio y cumplirá con sus compromisos. Una promesa muy aplaudido por los líderes de centro-derecha que, además, confían en que el futuro presidente rectifique la «errónea elección» de aliados internacionales que, a juicio de esta organización, eligió José Luis Rodríguez Zapatero, como «Fidel y Raúl Castro, Hugo Chávez o Evo Morales», publicaba en el boletín oficial del congreso del PPE.

Rajoy, no obstante, concluyó su primer gran periplo europeo con el agrio sabor de no ver colmadas todas sus aspiraciones. El Consejo Europeo, finalmente, rechazó la propuesta española de elevar del 85 al 90% el porcentaje de voto necesario para utilizar el futuro Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), lo que daría a España poder de veto, igual que Francia, Alemania e Italia. Desde el PP se matiza que este revés no se le puede achacar a Rajoy, que aún no ha tomado posesión de su cargo, sino al presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, que fue el encargado de defender esta aspiración de Rajoy ante el cónclave de Bruselas.

Mientras los populares lamentan que el Ejecutivo saliente no haya sabido ver «la importancia» de este veto, desde la Moncloa explican que lo que se pretende con la eliminación de la unanimidad (tal y como se estipulaba en el anterior Fondo de Rescate) es evitar la parálisis de este mecanismo, por lo que podría resultar contradictorio ampliar el veto.

Zapatero, además, mostró su convencimiento de que, aunque se hubiera concedido esa potestad de paralizar ayudas económicas a países y bancos en proceso de recapitalización, «España no la habría utilizado nunca». Mientras Rajoy cosecha parabienes entre los suyos, los socialistas se mostraron críticos con el contenido del discurso de Rajoy ante sus colegas conservadores.

«Esbozo muy breve»

Marcelino Iglesias, secretario de organización del PSOE, calificó de «esbozo muy breve» lo que explicó el futuro presidente del Gobierno en Marsella. Tampoco le sorprendió. De hecho, situó las palabras de Rajoy en la misma línea de lo demostrado durante la pasada campaña electoral. «No se ha conocido exactamente qué es lo que Rajoy y el PP quieren hacer con el país», insistió.

Los socialistas, inmersos en los complejos preparativos de su congreso, conminan al líder del PP a desvelar, de una vez por todas, sus planes durante el debate de investidura que comenzará el próximo día 19 en el Congreso. Iglesias afirmó que, hasta que llegue ese momento, su partido no podrá mostrar una opinión respecto a la idoneidad de las medidas del PP.