Mariano Rajoy, en segunda fila, sonríe tras Angela Merkel y Nicolás Sarkozy durante la sesión plenaria del 20º Congreso del PPE celebrado ayer en Marsella, Francia. :: D. CRESPO
ESPAÑA

Rajoy reclama ante Alemania medidas para contener la «hemorragia de deuda»

Se suma al plan de Merkel y Sarkozy para refundar Europa sin renunciar a los eurobonos

MARSELLA. Actualizado: Guardar
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«Jamás el riesgo de explosión de Europa ha sido tan grande». La frase de Nicolás Sarkozy resume el ambiente tenso que presidió ayer en Marsella la jornada de clausura del 20º congreso del Partido Popular Europeo (PPE). «Ya no valen sólo las palabras; hay que pasar a los hechos», abundó Angela Merkel desde el plenario. Minutos después de las intervenciones de los presidentes de Francia y Alemania le tocó el turno a Mariano Rajoy, que se estrenó en este cónclave como presidente del Gobierno de España, aunque aún faltan diez días para que desempeñe este cargo de manera oficial.

Una rémora que le impide, como él mismo confesó a sus colegas, poder intervenir en el decisivo Consejo Europeo de Bruselas. Lo hará el presidente en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, con un discurso consensuado con Rajoy (con el que habla prácticaente todos los días) en el que quedará clara la apuesta de España al plan ideado por Angela Merkel y Nicolás Sarkozy para refundar Europa desde la base de una mayor disciplina fiscal.

«Los países de la eurozona necesitamos hacer ajustes presupuestarios profundos, eliminar gastos improductivos y hacer planes fiscales a largo plazo», apostilló Rajoy en clara sintonía con la música y la letra de la propuesta franco-alemana. El futuro líder del Ejecutivo español comparte con Merkel la necesidad de dotar a los Veintisiete de «un entorno de seguridad y de una mayor disciplina que eviten la irresponsabilidad presupuestaria».

Rajoy, no obstante, introdujo en su bendición un matiz que desagrada a Berlín. Insiste, pese a las reticencias de Merkel, en la necesidad de «contener la hemorragia» de la deuda soberana con la puesta en marcha «sin más dilación» de los mecanismos necesarios para que el Banco Central Europeo inyecte dinero a los bancos centrales de los países que más están sufriendo para financiarse al tener que pagar unos intereses muy elevados, como es el caso de España, cuyo diferencial volvió a superar ayer los 350 puntos.

Fuentes del PP destacan que su máximo responsable defiende plenamente la independencia del Banco Central Europeo para decidir sobre qué mecanismos debe articular, pero insisten en que la emisión de eurobonos podría ser el final del proceso.

El apoyo español al «rigor presupuestario» y al establecimiento de «controles adicionales» para evitar que se vuelva a producir una crisis semejante a la actual, conlleva el respaldo a la actualización de los tratados constituyentes de la propia Unión Europea. «Y si para todo ello -acentuó el líder del PP- necesitamos modificar los Tratados , modifiquémoslos; hagamos todo lo que esté en nuestras manos para fortalecer la Unión Europea». Rajoy, pese a que no estará en Bruselas, confía en que la UE envíe un claro mensaje al mundo: «Europa no es una ocurrencia, no es un experimento vacío, no es un anacronismo».

Sacó pecho

«Rajoy ha ganado las elecciones por decirle la verdad a los españoles», aseguró el presidente del Consejo Europeo, Joao Durao Barroso, al inicio de su intervención. El aludido no pudo ocultar su orgullo y también sacó pecho de su triunfo. Lo considera una especie de salvoconducto, un mandato político claro para responder «sin demora y con garantías» a los retos que aguardan al país.

Abundó, ante la cúpula del PP (más del 80% de la UE está gobernada por partidos conservadores), que sus primeras actuaciones como vencedor electoral han ido dirigidas a incorporar a «todos» los españoles a ese gran proyecto. Apuntó que todas las formaciones políticas, los agentes económicos y sociales y las comunidades autónomas tienen un objetivo común: «resolver con éxito el mayor desafío colectivo al que nos hemos enfrentado en las últimas décadas».

Rajoy entiende que la mayoría absoluta obtenida por el PP renueva el compromiso de nuestro país con Europa. «Y lo hizo consciente de la responsabilidad y de los sacrificios exigidos». Es más, opina que los españoles, con esta decisión, han ligado su futuro y la solución de la crisis económica que padecen «al fortalecimiento de Europa».

El futuro presidente español tomó la palabra casi al final de la cumbre, obligado por los múltiples encuentros bilaterales que mantuvo, entre los que destacaron los de Merkel y Sarkozy. Tanto en su alocución pública como en los cara a cara bilaterales explicó las primeras actuaciones que piensa acometer nada más llegar a la Moncloa y que ya explicó a los agentes sociales.Una posición que agrada a toda la UE porque avanza en la consolidación fiscal para cumplir «impecablemente» con los objetivos del déficit. La primera medida -recordó- será la de desarrollar el mandato constitucional pactado al final de la legislatura entre PSOE y PP y que «consagra el equilibrio de las cuentas públicas». La austeridad de los recursos públicos como norma de conducta permanente.