Mario Draghi, ayer en Fráncfort. :: U. ZUCCHI / EFE X
Economia

El BCE defrauda al negar una compra masiva de bonos

El instituto emisor baja los tipos de interés hasta el 1% y ofrece a la banca barra libre a tres años ante el riesgo de una nueva recesión

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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El Banco Central Europeo (BCE) hundió ayer los mercados del viejo continente al hacer añicos las expectativas sobre una compra masiva de bonos de los países con problemas una vez se llegue a un acuerdo fiscal. De nada sirvió que el instituto presidido por Mario Draghi anunciara medidas muy contundentes contra el creciente riesgo de recesión, como una nueva rebaja de tipos y la ampliación de la barra libre para los bancos con préstamos a tres años. Eso no compensó la decepción de escuchar al dirigente italiano decir que se le había «malinterpretado» la semana pasada cuando dio a entender, o al menos esa lectura se hizo entonces, que se implicaría aún más para proteger a los socios del euro acosados por los especuladores si había un pacto en la cumbre que arrancó anoche.

«Me sorprendió el significado que se le dieron (a mis comentarios)», afirmó Draghi en referencia a los titulares que anticipaban una gran acción del BCE después de que él mismo señalara ante el Parlamento Europeo que si había un sólido pacto fiscal de los líderes europeos se abriría la puerta a «otros elementos». Nada más pronunciar estas palabras, las primas de riesgo de los países más vulnerables se dispararon y las bolsas europeas se hundieron. El diferencial del bono español a diez años escaló casi 50 puntos de una tacada, hasta situarse en los 380 puntos básicos. El italiano trepó hasta los 445.

Para evitar nuevas confusiones, Draghi fue categórico esta vez. El programa de compra de bonos en el mercado secundario no puede ser eterno ni infinito, avisó. «El Tratado dice que no a la financiación monetaria de los gobiernos. Su espíritu está siempre en nuestras mentes», subrayó. También bloqueó otra de las vías con las que se ha especulado: que el BCE preste dinero al FMI para que este organismo intervenga a favor de los países acosados. «Si el FMI desea utilizar exclusivamente el dinero para comprar bonos de la zona euro, creemos que eso no sería compatible con el Tratado», insistió el banquero.

Tras este jarro de agua fría se prestó poca atención a las otras medidas anunciadas ayer. La decisión de bajar los tipos de interés, por segundo mes consecutivo, hasta un mínimo histórico del 1% era esperada por los mercados. Tan solo deparó el morbo de saber que se había adoptado por mayoría y no por unanimidad. Más sorprendente fue el paso de dar barra libre a la banca a tres años vista.

Draghi anunció que el Banco Central Europeo hará dos subastas extraordinarias de liquidez a 36 meses sin límites en cuanto al dinero que se va a facilitar con un tipo de interés que será la media de los tipos de interés oficiales vigentes durante la existencia de los préstamos. Además, relajará los requisitos para poder acceder a esa barra libre al aceptar activos como garantía con calificación A y no la nota máxima AAA, como venía haciendo hasta la fecha.

El Consejo de Gobierno también aprobó que el BCE pueda actuar como un agente del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) en sus operaciones en el mercado secundario de deuda. Los preparativos técnicos de la medida, según Mario Draghi, deberán quedar completados dentro de un par de semanas y el balance de la institución no se verá afectado.

Previsiones sombrías

El banquero justificó este plan de choque por las negras perspectivas económicas que se ciernen ahora sobre el conjunto de la zona euro. Aunque Draghi aseguró que el BCE todavía confiaba en que la actividad económica de la zona euro podría recuperarse, ofreció un panorama sombrío de cara a 2012. De este modo, rebajó las previsiones hasta una horquilla de entre el -0,4% (equivalente a una recesión) y un 1%. Para el año 2013 las sitúa entre el 0,3% y el 2,3%. ¿Las razones? «Las revisiones a la baja reflejan principalmente el impacto en la demanda interna debido a la pérdida de confianza y el empeoramiento de las condiciones de financiación derivado de la incertidumbre relacionada con la crisis de la deuda soberana, así como una revisión a la baja de la demanda externa», explicó.

Con respecto a la evolución a futuro de los precios de los bienes y servicios, Draghi admitió que en los próximos meses las tasas de inflación se mantendrán por encima del 2 %, pero luego descenderán por debajo de ese nivel. Este patrón refleja la expectativa de que en un entorno de menor crecimiento en la zona euro y en el mundo, las presiones de coste, precios y salarios en la zona euro también deberían seguir siendo modestas», sentenció el presidente del BCE.