El ADN en una taza de café condena a 32 años al asesino de 'Pagaza'
La Audiencia Nacional cree «suficiente, aunque no ideal», la muestra de Aguirresarobe para imponerle 32 años de prisión
MADRID. Actualizado: GuardarUna muestra genética recogida de una taza de café y cotejada con otros dos restos obtenidos de sendas botellas de agua siete años después ha sido la prueba de cargo contra el asesino de Joseba Pagazaurtundua, sargento de policía municipal de la localidad guipuzcoana de Andoain fallecido a tiros en febrero de 2003. La Audiencia Nacional consideró que los restos de ADN son «suficiente» para imponer 32 años de cárcel a Gurutz Aguirresarobe, en prisión provisional por estos hechos desde agosto de 2010.
La Sección Tercera de la Sala Penal, presidida por Alfonso Guevara, dio valor a la prueba genética y a la probabilidad de que los informes «reputen» la culpabilidad de Aguirresarobe. El tribunal alegó que la muestra con que se consiguió identificar al inculpado es «suficiente, aunque no ideal» y confirmó que fue la persona que, pasadas las nueve de la mañana del 8 de febrero de 2003, entró con ropas oscuras y un gorro en el bar 'Daytona' de Andoain, se sentó en un taburete, pidió un café con leche y media hora después descerrajó cuatro tiros a su víctima.
La sentencia hizo referencia a la reiterada doctrina del Tribunal Supremo para defender la forma en que obtuvo el ADN. La primera procedió de la taza de café que pidió el asesino; la segunda de la botella de agua que éste dejó abandonada en la barra de un bar de Irún en mayo de 2010, que supuso su identificación y posterior detención; la última de la botella de agua fue la que el condenado bebió durante su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, en agosto de ese mismo año.
Indicios «significativos»
A estos indicios se unen otros hechos «significativos», según el fallo. Aguirresarobe trabajaba en aquellas fechas en Andoain pese a que vivía en Hernani, a diez kilómetros, «por tanto conocía sobradamente los caminos de huida»; tras su detención se localizaron en su casa cerca de 6.000 euros relacionados con la recaudaciones para los presos etarras, por lo que «resulta extravagante su versión sobre ahorros» para un viaje; y por último su afinidad «al movimiento independentista de la izquierda radicalizada», con fotos y material vinculado al movimiento.
No se hace eco la sentencia de la declaración de inocencia del asesino o del reconocimiento del sufrimiento que padecido por la familia de 'Pagaza'. En la vista oral, celebrada en noviembre, Aguirresarobe llegó a decir: «Soy al cien por cien, sin estadísticas, inocente y si me cae algún marrón o si me condenan, un inocente va a seguir en prisión y un culpable va a estar fuera».
Pese a ello, el tribunal le condenó a 30 años de prisión por asesinato terrorista y otros dos por tenencia ilícita de armas. Sin embargo, fue absuelto del delito de pertenencia a ETA porque no quedó acreditada su integración en la banda, ya que «no hay datos que permitan ubicarlo en un comando, un talde o cualquier otra agrupación». Una petición que hizo la Fiscalía y las acusaciones.
La resolución fija, además, una indemnización de 400.000 euros para la viuda y de 200.000 para cada uno de sus dos hijos.