Agresor y víctima compartían los bajos del puente de la Casería donde pernoctaban. :: C. CHERBUY
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Un mendigo, a prisión tras denunciarlo por violación su compañera

La víctima acudió a la Policía tres días después de los hechos cuando en un comedor social de San Fernando dijo que la había agredido

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Bajo el puente de la Casería había montado su hogar levantado con restos de madera y cartones. No llevaba mucho tiempo viviendo en La Isla, tan solo unos meses. Ahora el inquilino de esa chabola ha sido enviado a prisión. La compañera con la que compartía las últimas semanas de vida en la calle y de mendicidad extrema lo ha denunciado por agresión sexual. F. J. V. H., conocido como 'el Portugués' por su procedencia, lo niega. Tiene en su contra el testimonio de la que hasta entonces había sido su amiga y la exploración médica que le hicieron a la víctima y que revela algunas lesiones compatibles con una violación.

Los hechos se desencadenaron el pasado sábado. La mujer, que acude regularmente al comedor social Pan Nuestro de La Isla, estuvo ese día quejándose de dolores en la espalda y ante la pregunta de varios voluntarios, ella les aseguró que el Portugués la había violado tres días antes. Los trabajadores que oyeron su relato avisaron de inmediato a la Policía Nacional para que se hiciera cargo del asunto.

Al llegar allí, los funcionarios convencieron a la víctima, de 39 años, para que se sometiera a una exploración médica que pudiera rescatar pruebas de la presunta agresión sexual. Ella aceptó y fue trasladada al hospital Puerta del Mar de Cádiz donde articularon el protocolo habitual en los casos de violaciones.

Posteriormente, la mujer formuló la denuncia en la Comisaría de San Fernando. Asegura que su compañero la forzó a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad una de las últimas noches que habían estado juntos en el cobertizo que les sirve de refugio. Fuentes policiales confirmaron a este medio que aunque no se puede establecer que entre el detenido y la víctima existiera un vínculo personal más allá de la amistad; lo cierto es que compartían el cobertizo y pasaban tiempo juntos.

Sin testigos que pudieran corroborar esta versión, el resultado de las pruebas forenses era el único fleco que les quedaba a los investigadores por incluir en el atestado. Dicho informe, según las mismas fuentes, señala que existen algunas lesiones que son compatibles con la agresión sexual. Si bien, la mujer se encontraba en buen estado y sin lesiones graves. Con estos mimbres, la Policía buscó a F.J.V.H., de 49 años, a quien no fue muy difícil localizar. Al ser interrogado por las acusaciones de su amiga, éste lo negó. El Portugués declaró que sí habían tenido relaciones sexuales pero que fueron consentidas.

Los agentes procedieron a su detención y puesta a disposición judicial. El juez ordenó el ingreso en prisión ante el riesgo de fuga de una persona que carece de domicilio. Además, en determinados delitos que suelen cometerse en la intimidad y sin testigos de por medio como la violación, el testimonio de la víctima, si es sólido y no entra en contradicción, es prueba suficiente para procesar e incluso condenar.