El pintor de los notables de la democracia
El Senado estrena la obra de Hernán Cortés, que retrata a 34 personajes clave de la Transición
MADRID. Actualizado: GuardarYa lo hizo hace dos años, con un políptico en el que retrataba a los siete padres de la Constitución de 1978: Gregorio Peces-Barba, Gabriel Cisneros, Miquel Herrero de Miñón, Miguel Roca, José Pedro Pérez-Llorca, Jordi Solé Tura y Manuel Fraga. Esos rostros, que forman una sola pieza, dominan la Sala Constitucional del Congreso. Pero desde ayer, la ya de por sí prestigiosa obra de Hernán Cortés, adquiere una nueva dimensión. Tema similar, más retratados, evidentemente más presupuesto y alguna que otra polémica son las claves del proyecto encargado al pintor gaditano que fue presentado ayer por el presidente del Senado, Javier Rojo, en la Cámara Alta.
Se trata del cuadro conmemorativo del 30 aniversario de las primeras elecciones democráticas que reúne en una sola obra los retratos de 34 personajes clave de la democracia y que, según dijo, simboliza el consenso y el diálogo de la Transición.
«Ese es el significado de esta obra, la exaltación de la convivencia en la diferencia, el reconocimiento de que sin convivencia nada es posible», señaló Rojo.
El presidente del Senado hizo hincapié en la ordenación «deliberadamente coral» de los 34 retratos decidida por el autor del cuadro, Hernán Cortés Moreno, así como en las «complicidades que nacen de sus miradas y que resaltan en todas ellas la convivencia».
En la obra figuran los cinco presidentes del Gobierno de la democracia, los ocho presidentes de la Cámara Alta y 21 senadores de las que fueron Cortes constituyentes y fue encargada por la Mesa del Senado en 2007 para conmemorar el 30 aniversario de las primeras elecciones democráticas, con un coste de 417.000 euros.
Los retratos no tienen un orden jerárquico o cronológico sino que componen un conjunto con un mismo fondo cromático con el que el autor ha querido buscar una composición coral con un denominador común para el espectador: que «la Transición fuimos todos».
Así lo afirmó el propio Hernán Cortés, que detalló el proceso de elaboración del cuadro ante algunos de los retratados y sus familiares, a los que explicó que la colocación de los personajes buscaba además evitar «asociaciones inapropiadas» y permite «distintas lecturas» en función de que la mirada del espectador siga un orden horizontal, vertical o diagonal.
Cortés agradeció a la Mesa del Senado el encargo de esta obra que, destacó, continúa con la tradición de las galerías de notables, que el hombre ha creado «en los momentos en que ha querido construir y recordar, para que la imagen de los que han destacado en esa empresa colectiva no se pierda tan fácilmente en el silencioso olvido del tiempo».
Pero el Senado ha querido reunir a 34 personajes para explicar 34 años de la historia de España, así que en el cuadro aparecen también 21 senadores que formaron parte de las primeras Cortes democráticas, elegidas el 15 de junio de 1977 para redactar la Constitución, de la que hoy se cumple el 33 aniversario.
Entre los senadores cuyo retrato figurará para siempre en el Palacio del Senado figuran los exministros de los Gobiernos de UCD Rodolfo Martín Villa, Marcelino Oreja, Fernando Abril Martorell, Enrique Fuentes Quintana y Landelino Lavilla, además de Fernando Morán, el ministro de Exteriores del PSOE que firmó la incorporación de España a la UE.
Las imágenes del que fuera presidente de las Cortes Constituyentes, Antonio Hernández Gil, así como de Torcuato Fernández Miranda, presidente de las primeras Cortes de la Monarquía, elegidas tras la aprobación de la Constitución de 1978, aparecen también en el cuadro. Muchos de ellos formaron parte de los 41 senadores de designación real que integraron las primeras Cortes de la democracia como también fueron el teniente general Luis Díez Alegría, el jurista Luis Sánchez Agesta, el editor José Ortega Spottorno, la economista Gloria Begué o los escritores Camilo José Cela, premio Nobel de Literatura, y José Luis Sampedro, Premio Nacional de las Letras 2011.
El presidente del Senado recalcó que la vocación de permanencia de la obra cobra un significado histórico, el de recordar a las próximas generaciones «la gesta de un pueblo que, cuarenta y un año después, volvía a ejercer su derecho al voto» y «ponía en valor lo fundamental: la democracia.