Sacrificio italiano
Actualizado: GuardarLa decisión del primer ministro italiano, Mario Monti, de adelantar a ayer el consejo de gobierno que hoy hubiese acordado las drásticas medidas de ajuste anunciadas fue un gesto tan elocuente como su dramática declaración de que «a Italia le quedan pocos meses de vida» si no hace frente a su deuda. Así trató de salir al paso de la contestación sindical y ciudadana que se le vendrá encima a un ejecutivo tecnócrata que deberá asegurar a cada paso el apoyo parlamentario, y no solo respecto al enunciado inicial de las medidas que propugna para recortar gastos sociales, posponer la edad de jubilación o incrementar la carga impositiva sobre las mayores fortunas. Claro que la situación es resultado del tiempo perdido durante el mandato de Berlusconi, cuanto el conjunto del arco político soslayó el problema más importante al que se enfrentaba Italia, su propia viabilidad como país financieramente soberano, para enredarse en cuitas partidarias o institucionales que al final debieron resolverse mediante la excepcional salida de nombrar a Monti primer ministro.