Opinion

El copago

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Sumidos en el fragor de la campaña electoral, la cual a Dios gracias llegó a su final, alguien tiró la primera piedra contra los jubilados en lo que toca al copago de los fármacos que se nos dispensan a los que arrastramos años y dolencias. Fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien dijo que habría que contemplar el pago de un porcentaje del precio de los medicamentos a tenor de las rentas de cada ciudadano. De aquí a que los medicamentos dejen de ser gratuitos media solo un paso. De por medio, en el caso de que sigan siendo gratuitos, la necesidad de que los jubilados vayan a no se sabe bien todavía para que le devuelvan el importe de las facturas emitidas por la farmacia de turno. ¿Se imagina ustedes a las personas mayores yendo de un lugar para otro mendingando la cuantía de sus recetas?

Es cierto que abundan los pildoreros que confunden las cajoneras de sus muebles en un remedo de una farmacia y es a estos a quien hay que convencer de que esa actitud obra en menoscabo de todos. Pero la mayoría somos conscientes de que ese despilfarro a que se somete a la Sanidad resulta improcedente y funesto. Esperemos que el sistema, como asegura Rajoy, no se distorsione y se nos dispensen los fármacos que necesitamos y que a los que tenemos pensiones que dejan mucho que desear no nos amarguen el poco resto de vida que nos va quedando.