«Cádiz tiene que definir su modelo productivo. Saber a qué queremos dedicar nuestro futuro»
Javier Fernández, gerente del Colegio de Economistas de Cádiz, aboga por llevar a cabo una reforma del mercado laboral y del sistema educativo para sacar a España de la situación en la que se encuentra
CÁDIZ Actualizado: GuardarEl gerente del Colegio de Economistas de Cádiz tiene un discurso claro y directo, aunque a algunos les pueda resultar duro. Afirma que esta crisis la provocamos entre todos al endeudarnos en exceso y creernos más ricos de lo que éramos. Y del mismo modo, está convencido de que sólo podremos salir de ella cambiando nuestra mentalidad y poniendo en valor un concepto que parecía olvidado: el sacrificio.
-¿Qué análisis hace de la situación económica de España en general y de Cádiz en particular?
-Pues actualmente tenemos un problema de crisis financiera y de deuda soberana. El motivo principal es un cambio de ciclo que precisa a su vez de una serie de cambios estructurales. Es decir, los humanos nos hemos dado cuenta -parece ser que tarde- de que los recursos naturales son agotables y todos tenemos que reestructurar nuestros sistemas productivos. En especial España para tener mayor productividad. A ello le unimos una crisis del sector financiero y la deuda soberana, el nivel de endeudamiento que tienen los ciudadanos.
-¿Y qué va a pasar a partir de ahora?
-Pues nosotros vemos dos caminos. Uno, seguir obviando la realidad, con lo que agotaremos los recursos que tenemos y eso influirá especialmente en el estado del bienestar como lo hemos conocido hasta ahora. O dos, vamos a plantearnos lo que es realmente importante en una sociedad y lo que no lo es. Y con políticas de ajuste conseguiremos que las próximas generaciones puedan seguir disfrutando ciertos niveles de bienestar. Lo que hay que determinar es qué es importante y qué no. Obviamente la educación y la sanidad son innegociables, pero a partir de ahí se pueden ver muchas cosas.
-¿Volveremos a estar alguna vez como hace cinco años o estamos ante una nueva realidad social?
-Estamos en la realidad real. Quiero decir, lo ficticio era lo anterior. El despilfarro que ha existido durante los últimos diez años ha sido un despropósito. Hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades. ¿Y de quién es la culpa? Pues los culpables somos todos. Hemos vivido fuera de la realidad. Todo lo hemos adquirido mediante financiación y eso tarde o temprano hay que pagarlo.
-¿Cómo trasladamos eso a Cádiz? ¿La crisis aquí es más crisis?
-En Cádiz tenemos graves problemas estructurales que son anteriores a la actual crisis. Son problemas de hace más de 25 años. Siempre hemos adolecido de un sector productivo fuerte, aunque alguien nos quiera vender lo contrario. La provincia debe tener un patrón empresarial y un modelo productivo definido. ¿A qué nos queremos dedicar? ¿Vamos a orientarnos hacia el turismo? ¿Hacia la industria aeronáutica? Tienen que ser sectores con un largo recorrido y que puedan generar empleo suficiente y estable dentro de la provincia. Yo apostaría por la nuevas tecnologías, aunque ahí tenemos un grave problema de formación de los trabajadores de la provincia.
-Se supone que una de las vías de futuro es el turismo, ¿no?
-Pues si nos vamos a centrar en el turismo no podemos hacerlo como hace 50 años. Cádiz ha vendido la magnificencia de nuestro clima y las mejores playas del mundo, que es lo que tenemos. Pero hay otros destinos en países emergentes que también tienen eso, y a un precio más económico. Hoy por hoy es más barato que una pareja pase una semana en la República Dominicana que en el Novo Sancti Petri. Hay que tener una oferta más abierta, en la que se incluya la cultura, la gastronomía, actividades de ocio...
-¿Hemos tocado fondo ya en esta crisis?
-La situación en la que estamos es grave, pero se puede llegar a estar peor. Esta semana es crucial porque los ministros de Economía y Hacienda de los distintos países europeos están intentando hacer los deberes para la reunión de la Comisión del día 9. Ahí la supervivencia del euro se va a jugar el todo por el todo. Hay países que ya, técnicamente, tienen un pie y medio fuera de la moneda única europea, como es el caso de Grecia, que la va a abandonar de forma voluntaria. Y otros países, Francia y Alemania, han firmado un pacto de estabilidad para el euro, pero el gran problema es que ese fondo de estabilidad del euro hay que dotarlo de dinero. Y hace falta un billón de euros. En ese contexto, España está en una situación de 'in pass' total. Acaban de celebrarse las elecciones y no hay que verlo ni todo blanco ni todo negro. En estos años ha habido errores de gestión, pero también es cierto que se ha iniciado la senda de los recortes.
-¿Y qué medidas tiene que tomar el nuevo gobierno?
-Los pilares de reforma en España son, en primer lugar, la reforma del mercado laboral. Tenemos cinco millones de parados y todos ellos tienen que estar trabajando mañana. ¿Cómo? Simplificando las fórmulas de contratación, flexibilizando los contratos laborales... como sea, pero hay que generar empleo. Ya cuando las cosas vuelvan a su senda habrá que tener la valentía de mejorar a los trabajadores sus condiciones. También está el tema de los sindicatos, que deben olvidarse un poco de los que tenemos trabajo, que de por sí en esta situación podemos considerarnos afortunados, y acordarse un poco más de los que no lo tienen. También es fundamental la reforma del sistema educativo. Y si puede ser -y esto es un llamamiento que hago- que sea una reforma definitiva, que no obedezca a intereses ideológicos. Que se haga con un consenso entre todas las partes, como se ha hecho en los países nórdicos. Y finalmente, la consolidación fiscal. Las inversiones públicas son necesarias para el crecimiento, pero el endeudamiento exagerado hipoteca a las generaciones futuras. Las administraciones públicas tienen que seguir las mismas pautas que en cualquier economía familiar. Es decir, no gastar más de lo que se ingresa.
-¿Cree usted que si todo eso se lleva a cabo remontaremos?
-Hace falta una cosa más: un cambio en la cultura del español. Eso no se puede hacer de un día para otro. Pero hace falta un cambio sobre el mérito, el esfuerzo... Los gaditanos, por ejemplo, somos alegres, ingeniosos y creativos. Sólo nos falta el esfuerzo y la cultura del mérito de los alemanes. Yo creo mucho en la gente de Cádiz, que está muy capacitada para trabajar en esta sociedad. Por eso me da tanta pena la fuga de cerebros que estamos sufriendo.
-Le preguntaría para acabar que qué cree que va a pasar, aunque no sé si quiere hacer un vaticinio. A su profesión, a los economistas, se les acusa de no haber sabido prever lo que iba a ocurrir, de ser gurús errados.
-Mire, con respecto a esas críticas hay que decir una cosa muy clara. La totalidad de las decisiones económicas tienen un origen político. Si los técnicos no tenemos poder de decisión tampoco se nos puede responsabilizar de nada. Hubo economistas que sí vimos lo que podía ocurrir y a algunos se les tachó de catastrofistas. ¿Qué va a pasar a partir de ahora? Pues lo que sí está claro es que de esta situación no nos van a sacar los políticos. Es el ciudadano el que va a tener que entender que se van a producir recortes en ciertos servicios y hacer sacrificios. Hay que volver a la senda del esfuerzo y tener claro que al menos durante los próximos cinco años ese esfuerzo y sacrificio van a ser fundamentales para sacar esto hacia adelante.