El Atlético avanza con paso firme en Europa
Los rojiblancos sellan su clasificación para dieciseisavos tras vencer en Celtic Park con un gol del turco Arda Turan
Actualizado: GuardarEl Atlético recuperó la sonrisa en Europa, donde muestra menos ansiedad que en la Liga aunque su juego también sea discontinuo. En un partido discreto, venció en el histórico Celtic Park al club católico de Glasgow, gracias a un gol del turco Arda Turan a la media hora, y se garantizó su pase a dieciseisavos de final en la segunda competición continental. Se trata del primer triunfo de los rojiblancos lejos del Manzanares desde que vencieron a los humildes Vitoria de Guimaraes y Stromgodset de Noruega en las rondas previas. Para acabar líderes de grupo, les basta con empatar en casa ante el Rennes.
El Atlético es mutante. Aparece y desaparece de los partidos con pasmosa facilidad. Es capaz de minimizar al adversario con buen manejo, sobre todo si Arda, Diego y Adrián se asocian, pero también de olvidarse del balón, regalar la iniciativa al enemigo y encomendarse a Courtois, el joven guardián que con su penalti y expulsión despejó el camino del Real Madrid en el derbi. La regularidad es una virtud peleada con la idiosincrasia 'colchonera'.
Manzano realizó un par de cambios con respecto al Bernabéu. Uno en su dubitativa defensa, ya que Miranda entró en lugar de Domínguez quizá porque va mejor por arriba que el canterano, y otro en su cambiante centro del campo, esta vez con Mario Suárez en vez de Assunçao. No se arriesgó con la titularidad de Falcao, ya que las lesiones musculares son traicioneras, y volvió a relegar al banquillo a Reyes.
Salieron los rojiblancos muy concentrados, con presión alta y un par de buenas ocasiones. Pero dieron un paso atrás y permitieron crecer al Celtic. Les salvó Courtois. Cuando más sufrían, llegó un córner, un rechace y el tiro lejano de Arda que contó con la colaboracíón de un defensa que se agachó. A partir de ahí, al Atlético le faltó paciencia, toque y menos faltas innecesarias para cerrar el partido sin necesidad de vivir hasta el final con inquietud.