Los ecologistas vuelven a la carga para frenar el desarrollo de Las Aletas
Preparan un paquete de alegaciones al estudio de Sostenibilidad Ambiental del parque empresarial y apuntan con un recurso al Supremo
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLas organizaciones ecologistas han hecho piña contra el futuro parque empresarial de Las Aletas y vuelven a la carga para frenar su desarrollo. El Consorcio de Las Aletas elevó la pasada semana al Ministerio de Economía el estudio de Sostenibilidad Ambiental del futuro complejo. Se trata de un nuevo documento elaborado por la empresa pública Tragsa, que depende del Ministerio de Medio Ambiente, en el que se define el planeamiento y la ordenación del parque industrial tras el varapalo que recibió el proyecto en octubre de 2010 por parte del Tribunal Supremo. La sentencia daba la razón al recurso presentado por la organización ecologista Adena, que veía en Las Aletas una vulneración de la Ley de Costas al implantar un macropolígono industrial en una zona de marismas de dominio público. El Alto Tribunal indicó en su fallo que las administraciones implicadas, Gobierno central y Junta, no justificaban con detalle la necesidad de esta actuación.
La sentencia obligó a replantear el proyecto e introducir grandes cambios en su planeamiento urbanístico para acatar el dictamen judicial. Durante casi dos años Tragsa ha tratado de encajar en las 527 hectáreas de la finca de Las Aletas los usos que necesita el futuro parque industrial y conjugar, al mismo tiempo, la protección medioambiental de este paraje de la Bahía con el uso industrial-económico.
La empresa comunicó al Consorcio el contenido de su estudio, que amplía hasta 140 hectáreas la zona de protección, es decir, imposible de tocar, y reduce de 120 hectáreas a solo 84 el suelo de uso industrial. Reúne en un mismo espacio las actividades vinculadas con el medio ambiente, en el que se encuentran empresas de energía limpia, áreas para el desarrollo de la acuicultura y zonas para la investigación.
La nueva disposición del parque y su justificación como proyecto de interés social y económico sigue sin convencer a las organizaciones ecologistas, que ya han anunciado una batería de alegaciones contra el informe durante su exposición pública. El presidente de la organización Adena, Juan Carlos del Olmo, ha destacado a LA VOZ que «el informe no aporta nada nuevo con respecto al anterior». En su opinión, reduce la superficie de uso industrial pasando de 120 a 84 hectáreas, «pero no justifica con razones de peso la necesidad de ocupar un espacio de dominio público para un parque logístico». La pregunta es por qué este lugar y no otro.
Según los ecologistas, el nuevo informe no justifica en ningún momento un aumento del tráfico marítimo, por ejemplo, para copar parte de la línea de costa. Según el responsable de Adena, lo que pretende el nuevo estudio «es despistar con el fin de que el último Consejo de Ministros del Gobierno de Zapatero apruebe lo apruebe».
El gabinete jurídico de esta organización ecologista prepara un paquete de alegaciones para presentarlas la semana que viene y ya elabora un informe técnico, que se elevará al Supremo en forma de recurso, una vez que el Gobierno dé luz verde a su puesta en marcha. El grupo ecologista de Adena no está solo en esta causa contra Las Aletas. También suscriben su tesis Greempeace, Ecologistas en Acción y Agaden, entre otros.
Un peligroso precedente
Según Del Olmo, los más grave de la aprobación de este proyecto es el precedente que crea para la costa española. La organización asegura que la implantación del parque de Las Aletas en una zona de marisma abre la puerta para que la Ley de Costas permita estas actuaciones en todo el litoral español. Para Adena, sería perverso que toda la Administración se ponga de acuerdo para burlar la ley. Insiste en que no hay justificación para degradar un suelo de costas y ocupar el dominio público marítimo terrestre.
Adena aclara que «es una barbaridad el proyecto». Del Olmo ha recordado que existen cargos del PP que se han mostrado a favor de trasladar el complejo a otra zona de la provincia, menos sensible que la costa. En opinión de Adena, el empeño de Las Aletas «es una obcecación de la Junta como ya ocurrió con el hotel del Algarrobico, en Almería».