ANDALUCÍA

Y ahora, a por la tercera

El equipo de Arenas insistirá en el paro y los 30 años, mientras que el de Griñán defenderá los logros socialistas y no dar todo el poder al PP PP y PSOE planean estrategias para las andaluzas en un escenario bipartidista

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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La danza electoral no terminó con la resaca del 20N. Como en el baile de las sevillanas los partidos andaluces se han lanzado a por la tercera al día siguiente del domingo. Las elecciones autonómicas marcarán la agenda política de Andalucía hasta marzo, mes en el que se celebrarán, probablemente el día 25. Cuatro meses en los que cada partido intentará llegar al corazón político de los más de seis millones de votantes andaluces, un poco cansados tras dos convocatorias de gran tensión por la crisis económica y el paro.

Las municipales primero y las generales después dieron un vuelco al mapa político andaluz. Por primera vez el PP se convirtió en partido hegemónico, prevalencia arrebatada a un PSOE en declive. La recuperación de IU y la aparición de otras formaciones políticas como UPyD completan el panorama político que las citadas elecciones han dejado tras de sí.

Con este paisaje de fondo los partidos preparan sus estrategias. El Partido Popular sale como caballo ganador en esta carrera. Le sacó el domingo al PSOE, partido en el Gobierno, 391.000 votos de ventaja y nueve puntos en porcentaje. El PP ha extrapolado este resultado a las autonómicas de forma virtual y le salen 58 escaños en el Parlamento andaluz, dos más de la mayoría absoluta. En la actualidad cuenta con 47 y el PSOE con 56.

Pese a esta ventaja difícil de remontar, Javier Arenas machaca constantemente a los suyos que no quiere euforia gratuita y en todos sus discursos saca la palabra «humildad» como talismán ante la superstición tan andaluza de que cantar victoria antes de lograrla trae mal fario.

El líder del PP andaluz se presenta por cuarta vez como aspirante a presidir la Junta de Andalucía, aunque es la primera que se enfrenta a José Antonio Griñán. Arenas es consciente de que nunca antes se ha visto tan cerca de lograrlo. Por ello admite que está preparado para gobernar, que ya tiene en su cabeza las cien primeras medidas y el que será su equipo de consejeros, sobre los que no da pistas.

La estrategia del PP es la de encarar las elecciones en un cuerpo a cuerpo con el PSOE y Griñán. Erosionar a este y a su partido con el paro, los treinta años de gobiernos socialistas y el fraude de los ERE seguirá siendo la principal estrategia como lo fue en los dos comicios anteriores. Arenas evitará el fango del rifirrafe y procurará asumir un papel más institucional. Esta semana ha lanzado otras dos ofertas de pacto a Griñán para que, «gane quien gane», se fije un calendario de pago a los proveedores y un gran acuerdo sociosanitario, que incluya la dependencia.

Con este ropaje de presidente en capilla a falta de la bendición de las urnas quiere aparecer en los meses que quedan. El gobierno de las capitales andaluzas, de las ciudades medias y cinco diputaciones empujarán en su favor y harán parte del trabajo duro. Los nuevos ayuntamientos del PP son los más aplicados a la hora de confrontar con la Junta. También cuenta con Rajoy, que deberá asomar con algún guiño económico hacia Andalucía.

El PSOE se halla inmerso en un proceso congresual para elegir al líder que sustituya a José Luis Rodríguez Zapatero. Griñán confía en que el interés por ganar en Andalucía prime sobre las luchas internas para posicionarse en el proceso congresual. Por ello, ha instado a los dirigentes de su partido a suscribir hoy un manifiesto en el que se comprometan a la unidad y cohesión dentro del partido.

Superviviente

Pese al problema sucesorio, la debacle electoral y el paro, el PSOE es un partido superviviente y dispuesto a dar guerra para no dejarse ganar. Griñán ha optado por no autocompadecerse con la derrota del 20N y sacar pecho ante los suyos. «Somos los que mejor hemos resistido», dice constantemente.

Esta es otra de sus estrategias para que los socialistas no se dejen abatir ante la pérdida de confianza de los ciudadanos: 751.433 votos menos el pasado 20N. En el PSOE están convencidos de que hay partido. Aspiran a que la losa del paro no les pese tanto desde que en Moncloa gobierne el PP y no hay expectativas de que se cree trabajo. El PP será ahora responsable de la creación de empleo. Los recortes de Rajoy para contener el déficit y calmar a los mercados, son armas que también piensan utilizar.

Será más difícil contrarrestar el desgaste de los 30 años. Griñán ya apuntó cómo lo harán. El PSOE defenderá que Andalucía nunca en su historia ha contado con un capital en infraestructuras (autovías y AVE) como ahora y que tampoco antes tuvo un tejido empresarial con compañías líderes en exportación o un capital humano tan preparado, con un tercio de su población universitaria.

Pero sobre todo, el PSOE hará otra llamada al voto útil para evitar tanto poder en manos de un solo partido, el PP. Si este partido gana en Andalucía, todo el país será gobernado por la derecha, salvo el País Vasco y Cataluña, aunque CiU también es conservadora. Es lo que Susana Díaz, secretaria de Organización del PSOE- A, llama «monocultivo».