Reconocimiento al hospital San Juan Grande

Como dijo acertadamente el poeta español Francisco de Quevedo, el agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien. Por tanto, sentimos en el alma que debemos la propia gratitud a aquellos que ayudaron y tuvieron siempre presente a nuestra abuela durante su estancia en el «Sanatorio» antes de su partida definitiva a la Gloria del Padre. Gracias con letras mayúsculas a toda la primera planta del Hospital San Juan Grande: (sacerdotes, médicos, enfermeros, auxiliares, limpiadoras) por el trato exquisito, profesional, amable y cariñoso que demostrasteis con aquella mujer de pelo blanco maltrecha en el lecho del dolor de la habitación 310. Gracias por la paciencia y comprensión con nosotros: sus hijos e hijas, nueras y yerno, nietos, nietas y demás familiares. Ella nos enseñó a lo largo de su vida a querer al corazón de Jesús, ese mismo que nace ardiente en la misión que cada uno de ustedes cumple diariamente. Estas humildes palabras son el fruto de vuestra bondad y esperamos sirvan de aliento en tan loable actividad. Nuestro ánimo para que sigan adelante, firmes en el camino.Que Dios os bendiga y el rosario que ella tuvo en sus manos durante toda la enfermedad, os cubra día tras día. Muchas gracias asimismo, (citamos a Borges), por los dones que no enumeramos.