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Malos oficios

En estos momentos no se sabe cuál es la peor dedicación a la que puede entregarse cualquier compatriota

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En estos momentos no se sabe cuál es la peor dedicación a la que puede entregarse, con reservas, cualquier compatriota: ¿constructor?, ¿arquitecto?, ¿alto cargo? Si bien la primera no exige arduos estudios y la segunda solo considera necesario tener una cara de cemento para poner precio a los pisos, la tercera también tiene un futuro sombrío. Todo parece indicar que el oficio más duro de los años venideros será el de personal de confianza.

Los imprescindibles recortes que hará el PP van a obligar a volver a sus antiguas profesiones incluso a los que jamás tuvieron profesión reconocida. Mucha gente sin oficio, pero con beneficio.

¿Qué se puede hacer con los que no saben hacer nada, salvo lograr que se confíe en ellos y les pongan un despacho, un conductor y un guardaespaldas? Sería una catástrofe que se prescindiera de todos, ya que son muchísimos. En las listas de parados hay 'overbooking' y como suele decirse no cabe un alfiler, sobre todo porque se ha pinchado el globo. Debiera pensarlo muy bien el próximo presidente: si sigue afilando las tijeras del recorte podemos salir trasquilados todos. Su lamentable predecesor en el terrible cargo tenía más de cuatrocientas personas que cobraban por su lealtad, aunque no conociera personalmente a todos.

Ahora está de moda la palabra' drástico', que suena a heredero del célebre pirata. Entendemos por drástico lo que es riguroso y enérgico, o sea, los dos tratamientos que menos se han venido aplicando últimamente.

Su Majestad el rey, que a pesar del percance sigue dando la cara, ha felicitado a Zapatero y a Rajoy por el relevo, pero no solo hay que corregir muchas cosas, sino hacerlo rápidamente. Quizá el peor oficio que pueda ejercerse ahora sea el de acreedor. Los proveedores los están pasando fatal. Confían en que Dios proveerá, pero no provee ni Dios. Las deudas de las casas consistoriales amenazan con el derrumbamiento de muchos edificios. Generalmente céntricos.