Monti promete nuevos recortes en dos semanas
Rehn respalda los planes de Italia y cree que será capaz de superar la crisis
ROMA. Actualizado: GuardarEl nuevo primer ministro italiano, Mario Monti, regresó el jueves de Estrasburgo con las espaldas bien cubiertas de la cumbre con Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Ambos le expresaron «plena confianza» en sus planes para salvar a Italia de la quiebra.
Es un cambio de escenario notable respecto a hace un mes, cuando los dos mandatarios intercambiaron risitas conmiserativas al ser preguntados sobre la credibilidad que les merecía el Ejecutivo de Berlusconi. En cambio, a los dos se les ha visto satisfechos con Monti, especialmente a Merkel, a quien se ganó al decir que en su país le toman por alemán, por su rigor. En realidad, el excomisario europeo aún no ha tomado ninguna medida, solo las ha anunciado de forma general, pero se ha apresurado a explicarlas a la UE. De hecho hay malestar entre los partidos italianos, ya condenados a comparsas de un Gobierno de tecnócratas, porque se sienten ninguneados.
Monti ultima su primer paquete de reformas «incisivas, con el consenso de los agentes sociales» para aprobarlo dentro de dos semanas. Ese plan de impacto inicial se debate desde hace días, sin confirmación oficial, pero implicaría un nuevo plan de ajuste de 15.000 millones, que reforzará los dos ya aprobados este año y persigue garantizar que las cuentas se cuadrarán en 2013, como se ha prometido a Bruselas.
Monti ha reafirmado este objetivo. Como medidas de efecto inmediato se contemplan la reintroducción del impuesto de vivienda, suprimido por Berlusconi como promesa electoral; la revisión de las rentas catastrales, totalmente desfasadas; un aumento del IVA; y un impuesto patrimonial para grandes fortunas, aunque el partido del 'Cavaliere' se opone a él y quizá plantee problemas. Las reformas estructurales que se quieren abordar en un primer momento son la reforma del mercado laboral, del sistema de pensiones, la liberalización de las profesiones y la agilización de los mecanismos judiciales civiles.
El comunicado de ayer del Gobierno italiano, que resumía la cumbre del jueves, fue muy claro al decir que Sarkozy y Merkel «son conscientes de que nuestro derrumbe llevaría inevitablemente al fin del euro». En este contexto aterrizó ayer en Roma el comisario europeo para Asuntos Económicos, Olli Rehn, en una misión que se encuadra en el control al que la UE decidió someter a Italia. Rehn también se mostró más relajado desde que Berlusconi no está en el poder y transmitió su confianza en que Italia «tiene las cartas para superar la crisis, está llena de talento y dinamismo». «Los retos que debe afrontar son dramáticos, pero sus fundamentos económicos son sólidos», afirmó.