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Italia sigue bajo fuertes presiones mientras España aguanta la ofensiva
El Tesoro del país transalpino tiene que pagar el doble para colocar la deuda a corto plazo
MADRID. Actualizado: GuardarItalia sigue bajo fuerte presión en los mercados de deuda, mientras España aguanta un poco mejor la presión de los especuladores, pese a los rumores más o menos interesados. Los decepcionantes resultados de la 'minicumbre que reunió a los líderes de Alemania, Francia e Italia, con el frontal rechazo de la canciller Merkel a los eurobonos y al reforzamiento del papel del BCE en la gestión de la crisis, dispararon la prima de riesgo del país transalpino que, al cierre de las Bolsas, se mantenía al borde de los 500 puntos, mientras la de España se situaba en 445 puntos básicos.
Las tensiones provocaron que Italia tuviera que pagar ayer intereses récord para colocar 10.000 millones de euros en bonos a corto plazo. En la puja por las letras a seis meses, con las que el Tesoro obtuvo 8.000 millones de euros, necesitó ofrecer una rentabilidad del 6,504%, casi el doble del 3,535% de la última emisión similar que tuvo lugar el 26 de octubre. En los títulos a dos años, de los que colocó 2.000 millones, el tipo de interés escaló el 7,814%, frente al 4,628% precedente.
Este coste de financiación se considera insostenible para la tercera mayor economía de la Eurozona, agobiada por una deuda pública de 1,9 billones de euros (equivalente al 120% de su PIB). A esta elevada rentabilidad, la demanda de los títulos de deuda italianos fue sostenida, gracias a lo cual el Tesoro pudo cumplir con sus metas de captación. Pero la tensión de los mercados hace el equilibrio de la deuda «precario», y «alimenta las dudas» sobre la solvencia del país, reconoció el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco.
Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que enviará una primera misión a Roma a final de mes, vigilan el cumplimiento de los compromisos fiscales de Italia y la aplicación de las reformas estructurales prometidas para reactivar una economía en franco declive.
España, la siguiente ficha de dominó en la crisis de la deuda soberana, está siendo objeto de todo tipo de rumores, muchos de ellos interesados. Ayer, una noticia de Reuters, citando «fuentes cercanas al Partido Popular», afirmaba que Mariano Rajoy, el dirigente que asumirá la presidencia del Gobierno a finales de diciembre, estudia pedir ayuda financiera internacional. «Si lo tenemos que hacer, lo tenemos que hacer ya», afirmaba la fuente, según esta versión. Un portavoz oficial del PP desmintió con rotundidad esas manifestaciones. Para empezar, recordó, no existe ni siquiera un futuro gobierno, solo un futuro presidente, «y no está en eso».
Otros países también se encuentran en el punto de mira de analistas e inversores. A última hora de la tarde de ayer, la agencia Standard and Poor's anunció la rebaja en la calificación crediticia de Bélgica, de «AA+» a «AA», a causa del riesgo de que el país tenga que volver a emplear dinero público para apoyar a su sector financiero, lo que aumentaría una deuda ya muy elevada en un contexto de «incertidumbre política» que sigue pesando en la credibilidad de Bélgica como emisor.
Pese al recrudecimiento de la tensión en el mercado de deuda, las principales bolsas europeas cerraron la sesión de ayer con ganancias, aprovechando un rebote técnico y el arranque alcista de Wall Street, así como las noticias de que el Banco Central Europeo estudia prestar a más largo plazo a los bancos, o la posibilidad de que los privados puedan aportar al fondo de rescate europeo reforzado. El Ibex-35 del parqué madrileño ganó el 0,54% y, pese a apuntarse una pérdida semanal del 6,6%, se alejó del mínimo anual al situarse al cierre en 7.763 unidades.