EL JEME

PSOE

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En tiempos de Felipe González, incluso hasta el año 2004, podía afirmarse que el PSOE como organización tenía una cualidad que lo hacía diferente al resto de los partidos políticos; era su carácter vertebrador de la sociedad española. ¿Qué quiere decir esto dios mío de mi alma? Pues sencillamente que el PSOE era el único partido cuyo mensaje llegaba a todo el territorio español y en todo él, era homogéneo y unívoco. Es decir que decía lo mismo en Cataluña, Galicia o Andalucía. Esta característica nunca pudo tenerla el PP, porque su mensaje no termina de calar en las comunidades autónomas con partidos nacionalistas en las que estos ocupan su espacio político con mensajes muy diferentes.

Ese carácter vertebrador del PSOE, que pocas instituciones más poseen, me atrevería a decir que la Iglesia y la Guardia Civil, era un activo de carácter intangible, que se traducía en un buen número de votos, porque una parte del cuerpo electoral valora mucho a la hora de decidir su voto, la seguridad de que a quien vota dice y hace lo mismo en todos sitios. Asimismo esa homogeneidad se traducía en que puesto que allí donde gobernaba su acción política era similar, su potencial votante podía imaginar como sería el gobierno socialista en su territorio.

Hoy el PSOE ya no vertebra nada porque su mensaje se ha fragmentado, no sólo por el diferente discurso que en determinados temas se permite a algunos lideres regionales, sino, lo cual es mucho peor, porque desde la cúpula del partido no se da ni el mismo mensaje ni igual trato a todos los territorios. Esto se pudo apreciar con claridad cuando en 2007 tras la aprobación del Estatuto de Cataluña, otras autonomías gobernadas por el PSOE, entre ellas la nuestra, se lanzaron por esa senda, y sin embargo vieron como el aparato federal del partido desnaturalizaba, incluso paralizaba sus proyectos.

Por eso tras esta tremenda derrota electoral, además de iniciar el necesario relevo generacional de sus dirigentes -a este respecto resultó bien elocuente que para apoyar sus propuestas económicas Rubalcaba se rodeara de 'jóvenes' como Solchaga, Solana o González- recuperando la calidad que tuvieron en otros tiempos, debería pensar en retomar su carácter vertebrador.