Libres los estudiantes de EE UU acusados de atacar a la Policía

Por el Día de Acción de Gracias, el Gobierno militar egipcio tuvo ayer un gesto que ha hecho palidecer el tradicional perdón del pavo que este año Barack Obama ha multiplicado por dos. Tres estudiantes estadounidenses en la Universidad Americana de El Cairo, de entre 19 y 21 años, que habían sido acusados de atacar a la Policía con cócteles molotov en las inmediaciones de la plaza Tahrir, salieron ayer en libertad sin cargos. «No veo la hora de darle un abrazo y decirle cuánto lo quiero», dijo desde Misuri la madre de Derrik Sweeney, que recuperó la libertad junto a Gregory Porter y Luke Gates.

Los tres fueron detenidos en la terraza de un edificio desde donde la Policía dice que fueron lanzados cócteles molotov. Según la misma versión, se encontró en su poder una mochila con materiales para su fabricación. Las imágenes de los jóvenes asustados sosteniendo en las manos las botellas de gasolina confiscada han salido publicadas en todos los periódicos y televisiones de Egipto, por lo que el cónsul estadounidense, Robert Powers, les ha recomendado que abandonen inmediatamente el país. «No sería seguro ni prudente quedarse».

Los estudiantes aseguran que la mochila incautada pertenecía a dos compañeros de clase y las autoridades han decidido creerles. El tribunal desestimó los cargos el miércoles y el fiscal anunció más tarde que no apelará. Los manifestantes aseguran que la cúpula militar intentaba repetir el viejo truco de acusar de las revueltas a extranjeros infiltrados entre la población, pero la presión de EE UU parece haber sido más efectiva que cualquier ánimo conspiratorio. El año pasado Washington proporcionó a las fuerzas armadas de Egipto 975 millones de euros, además de otros 1.425 en entrenamiento y 187 en ayuda económica, según Reuters. El Gobierno de Obama ha pedido al Congreso aprobar una suma semejante para este año.